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lunes, 4 de octubre de 2010

PROF. D. FRANCISCO ARASA: ENTRE LA CIENCIA Y LA FE.

PROF. D. FRANCISCO ARASA: ENTRE LA  CIENCIA Y LA FE.
UNA SEMBLANZA BIOGRÁFICA[1]
A. Jimeno Valdés.
Valladolid
20 de junio de 1998
            Le conocí personalmente por vez primera en el Symposium de 1982 que celebramos en el parador de Sigüenza. Mas mi contacto con él y con Folia Humanistica y Folia Clinica Internacional es mucho más antiguo: A comienzo de los años 60. Tengo que agradecerle para empezar, que en Folia Clinica precisamente aceptase mi primera publicación profesional al filo de terminar yo la carrera.  Ya  solo por eso le debo un  profundo agradecimiento.

            Pasé varios años fuera de España leyendo esporádicamente Folia Humanistica. Desde 1978, desde mi regreso puedo decir que mi contacto como colaborador y lector fue ya asiduo. No existía, ni existe ninguna publicación de parecida profundidad e interés. Aquí solamente puedo dar mi impresión personal de la aventura intelectual y humana que fue la vida de D. Franciso Arasa, pues solamente y en los últimos años, he ido  comprendiendo cual fue el principal afán de su vida. El porqué de sus Simposiums primero en Bon Repos, luego por toda España. Por fin en el retiro privilegiado de Aquablava.
           
             Todo giraba alrededor del problema del hombre y de Dios. O mejor dicho, de la relación entre el hombre y Dios, o quizás aun más certeramente de la relación entre el hombre Franciso Arasa y su Dios.

            Me vais a permitir en este acto solemne de homenaje y recuerdo que destaque los temas y las creencias, a mi modo de ver, más importantes que dirigieron la apretada vida intelectual de nuestro antiguo y querido presidente.


            1. La medicina Humanistica y antropológica.

            Hubo una época, entreguerras y en los años siguientes a la segunda, en la cual la medicina de los mejores aún aspiraba a la comprensión Humanistica del ser humano bajo la égida de su interpretación como microcosmos. La endocrinologia   con Nicola Pende describía la integración y el perfil somatopsiquico de la persona humana. Weizsäcker, Krehl y Siebeck desde la medicina interna adscribían también la patología  al temperamento, a las venturas y desventuras   de la vida y a su estar en el mundo y a la estabilidad y calidad de las creencias de los pacientes como soportes de su salud y su enfermedad. Desde el punto de vista de la psiquiatría las escuelas analítico existenciales intentaban una integración de la orientación freudiana analítica demasiado ceñida a lo individual, con la biografía engastada en la historia y el espíritu de la época. Biswangeer y Victor Frankl, recientemente fallecido, nos lo enseñaron

            El prof. Arasa, bebió, meditó, participó y ejerció en toda búsqueda de la medicina integral y antropológica. Funda Folia Clínica Internacional y lucha contra viento y marea por la pervivencia  de esta medicina que ! ay ! todos hoy echamos tan en falta y carencia.

            Mas ¿ Porqué ? ¿ Para qué ? Esto no le era suficiente. El alma del hombre integrada  con su cuerpo, pero el alma dirigida a través de los medios  de la creación hacia Dios. Y entonces tuvo que crear los maravillosos Symposiums  y Folia Humanistica como expresión de los mismos. Apeló a las máximas cabezas de la ciencia y también del arte en una polémica buscada ante la descristianización de la ciencia y con ello del mundo; ante la nueva dogmática laica ausente del espíritu; ante el temor, me imagino, de verse el mismo perdido en el difícil camino entre la ciencia y la fe ante el destino futuro del hombre.

            El hombre un ser tendido permanentemente entre el animal y el espíritu; por ello mismo imperfecto en cada uno de los dos campos: Hoy desde la sociobiologia entendemos muy bien los mitos y creencias que sustentaban y superaban este dilema básico de la condición humana. El hombre persigue su perfección en la bondad, felicidad y la belleza. En su parte animal ha perdido sus instintos por la autodomesticación y si se guía solo de sus restos cae en el exceso y el abuso. Pero  su actividad espiritual es también inadecuada e insegura al teñirse su razón de los deseos y sentimientos también excesivos. El fanatismo, y con él la agresividad y la guerra, (activa ahora como siempre) así como la locura son los resultados. El hombre, nos dice A. Huxley, solo obra el bien cuando vuelve a la sola Naturaleza y realiza sus necesidades biológicas básicas dentro de su propio orden, o bien cuando renunciando totalmente a ella escapa a las cumbres del ascetismo,  y la espiritualidad. El pecado original, el maniqueísmo presente en casi todas las cosmovisiones en la historia de la humanidad intentan comprender y superar esta ambigua y contradictoria posición del ser humano.

            Francisco Arasa sufre sin duda la angustia y la duda y por ello, me parece, acude a las máximas cabezas de su época buscando en una primera fase llegar a través de la ciencia  al espíritu; es decir a Dios; para en una segunda fase intentar que la misma ciencia y los científicos se acercaran a al Fe. No fueron por ello  casualidades aquellas primeras amistades y colaboraciones que integró en sus Simposiums produciendo sin duda, y no exagero, uno de los grupos más elitarios y de más calidad de los que por esa época podrían encontrarse en Europa. Creo que no se ha reconocido suficientemente este mérito y a mi me parece que éste fue su principal e inmenso valor: Una europeización de España en el marco de la inteligencia de la época.

            Como espectador, desde luego desde el afecto, inmerso también en problemática parecida, me vais a permitir  que  os presente una interpretación personal del porqué y cómo de algunos temas y algunos participantes en los simposiums de la Fundación.


            2. Entre la Ciencia y la Fe.

            1. Pascual Jordan y el problema de la creación del universo.

            Sea en primer lugar Pascual Jordan. Uno de los primeros cosmólogos y astrofísicos de la época. El representa el problema del origen  y evolución del mundo y por lo tanto de la acción creadora y de la conjugación entre el Universo y su Dios. O de Dios con su creación mimada, el universo donde aparece el hombre a merced de la maravillosa armonía de las constantes universales que bajo el principio antrópico conduce al hombre - a imagen de Dios,-  como Dios encarnado, como Dios de alguna manera en nosotros. El Prof. Arasa no puede aceptar el origen del mundo como "una fluctuación cuántica", ni tampoco que la fina armonía de las constantes universales conduzca al hombre de una forma fortuita sino prefijada. Defendía así el llamado principio antrópico fuerte que interpretaba la organización del Universo desde el origen, como el camino ( teleologico) para llegar al hombre, hijo de Dios y por ello parte y no parte a la vez de la Naturaleza.


            2. Heisenberg y el problema de la libertad humana.

            Sea en segundo lugar Heisenberg.  Un físico de lo pequeño, como Pascual Jordán lo fue de lo grande. Un físico que explica la Naturaleza desde lo pequeño; las partículas. El hombre compuesto también de moléculas y átomos. ¿ Cómo puede la materia articularse con el espíritu? Problemas eternos para los que la física moderna debería aportar algún atisbo de comprobación o al menos de no contradicción. 
            Heisenberg un físico que  bajo el principio de incertidumbre, cree el Prof. Arasa, que fundamenta los principios de la libertad humana que es el reflejo de Dios en el hombre. El Prof. Arasa creyó ver efectivamente en la indeterminación cuántica, los resquicios por los que en la vida se introducía la libertad: Pienso que fue esta una de sus creencias mas queridas en ese grandioso intento de interpretar a la  ciencia como sustentadora de la Fe. En casi todas las reuniones aborda este problema y entiendo que ésta creencia representó para él seguramente el puente más sólido que integraba el conocimiento con la creencia. Hoy sabemos que la indeterminación cuántica opera solo en la microfisica y que no contradecía el determinismo mecanicista que parecía imperar en lo microscópico. Hoy día sabemos todavía más; No existe tampoco determinismo macroscópico sino autoorganización en torno a la dinámica caótica de los sistemas complejos.... mas esto tampoco tiene que ver con la libertad que es un atributo de la  subjetividad de la consciencia... Mas por ello mismo la búsqueda apasionada de los fundamentos científicos de la libertad y el espíritu tiene un algo de  esfuerzo titánico y épico, que personaliza al hombre humano de todas las épocas.



             3. Laborit y el problema de la vida.

            Un biólogo, médico, confrontado ya con problemas graves de la vida y de la muerte. Materialismo, monismo; espiritualismo, esencialismo, dualismo.... El alma del universo y el alma de las personas, de los animales, de las esencias y  del Todo que grandiosamente canta el Himno de la vida y resuena en los ecos de la libertad. No pudo reconciliarse con él, pero las polémicas, a las cuales yo no tuve la fortuna de asistir,   tampoco cambiaron  sus convicciones. D. Francisco Arasa, nuestro querido presidente y profesor como hombre de Fe creía ver en la vida una prueba también de la acción directora del espíritu del Creador.


            ¿ Pretendía asegurar sus propias dudas como hombre de Fe que era  (Señor, creo, ayuda a mi incredulidad ) ?  ¿ Pretendía más bien convencer a las  personas clave del pensamiento que habrían de llevar a una recristianización de occidente de forma que el vehículo del conocimiento científico portase el evangelio de la Fe ? No lo sabemos. Es posible que ambas cosas fueran eficaces en su cabeza y desde luego aún mucho más  en su corazón.
           



            3. Su obra pararadigmática.

            " ¿ A donde va el Hombre ?"

              En esta obra recopiló creo yo todos sus conocimientos y todas sus creencias. El hombre va, naturalmente, dice, a la muerte; mas ésta no es una opinión pesimista pues para el creyente es la muerte el camino obligado hacia Dios. Confiaba, pues,  en que la Divina Providencia iluminaría a los hombres para preservar la creación. O bien pensaba que la ciencia como creación del hombre bajo el destello de Dios tendría que contribuir a su obra y no a su destrucción. La llama de Prometeo amenaza ciertamente con incendiar a toda nuestra historia, mas su única salvación ha de estar en la Fe sustentadora de la moralidad de las costumbres y la ética de los pueblos. Como dice Konrad Lorenz la pérdida de conductas altruistas y éticas que tienen una base instintiva, y que son debido al proceso de autodomesticación humana, deben ser suplidas por el desarrollo de la educación en la moralidad y la juridicidad, lo cual, hasta cierto punto, parece menos eficaz que las pautas heredadas en los acervos instintivos. La civilización, como colofón del proceso cultural en una sociedad, conduce a su debilitamiento, precisamente por la decadencia de las pautas morales y éticas, nos dice Oswald Splenger ( La Decadencia de Occidente ). La ciencia pues podría, destruyendo la Fe, conducir  a la anomia y al desastre.

            Este fue el inmenso problema y la enorme aparente contradicción en la que sin duda vivió angustiado el hombre Francisco Arasa. El esplendor de la ciencia amenazaba a la Fe y con ello al Hombre.  !Era de todo punto preciso encontrar una armonía y reconciliación entre ambos procesos !!!

            Una polémica, pues, muy siglo XIX, pero a la vez una polémica eterna derivada de la propia constitución y naturaleza humana que si bien está eclipsada momentáneamente, volverá a resurgir sin duda sobre todo en momentos de carencias y desolaciones que volverán a sobrevenir. En su posición no estaba solo: Recordemos escuetamente al mismo Einstein en la física, a Lecomte de Nouy y Teilhard de Chardin respecto la evolución de la vida y  a Pascual Jordan respecto el cosmos y sus transformaciones.
           
Una polémica, pues, hoy día aun  no superada, ni marginada, sino parcialmente negada en cuanto la imposibilidad por una parte de acceder a la Fe por la razón, (posiciones avanzadas de la misma Iglesia Católica,) y por otra parte por el descubrimiento de nuevos paradigmas científicos y racionales que dan cuenta al menos de dos de las tres cuestiones suscitadas: el principio antrópico (bajo la hipótesis de la pluralidad de universos ) y del progreso evolutivo  (por los procesos de autoorganización bajo del determinismo dinámico-caótico a los que sin duda se referirá el Prof. Kanitscheider.)


            3. Trabajo y carácter.

            Porque era un hombre de Fe era hombre de firmeza vehemente. ¿ Porqué no decirlo ? En muchas ocasiones incluso difícil. Consciente de su propio valor se encontró un tanto ausente en esta edulcorada época de la posmodernidad en la cual se abolen los valores y se proclama el igualitarismo por lo bajo. Epoca centrada en la supremacía tecnológica, que para él fue solo medio y nunca un fin. En la justificación de todo por la opinión mayoritaria, frente a las creencias y valores derivados de principios éticos y humanísticos; una aparente antidemocracia, solo aparente, pues nunca ésta es tan injusta como cuando aplasta a las minorías.

            Este es mi  sentimiento y esta es mi admiración hacia el prof. Arasa. Un hombre en busca de la verdad y que queda por lo tanto justificado de manera absoluta merced a aquella máxima de Kant: " No existe en el mundo el "bien " salvo en el hombre de buena voluntad". El Prof. D. Francisco Arasa fue ante todo un hombre de esfuerzo en la realización de su buena voluntad.
  
 ! Descanse en paz !



Agustin Jimeno Valdés
Valladolid.


[1] El presente artículo fue leído en la sesión necrológica en memoria del Prof. F. Arasa que fue fundador y director de Folia Humanística y promotor y director de los Simposiums sobre la Ciencia del Hombre sustentados por la Fundación Letamendi-Forns. Fue publicado en el ultimo número de "Folia Humanistica" con el cual, tras la muerte de su promotor y editor, se extinguío lamentablemente la publicación de la Revista y tambien los Simposia. Sirva la publicación en esta página en la "Gran Telaraña Mundial" como homenaje y recuerdo agradecido  de quien tuvo el privilegio de gozar de la participación largos años en los Simposia y de la amistad del Prof.  D. Francisco Arasa.

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