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lunes, 4 de octubre de 2010

H A C I A U N H U M A N I S M O según la (NA)-naturaleza.

H A C I A  U N   H U M A N I S M O  según la (NA)-naturaleza.[1]

Agustín Jimeno Valdés.
INTRODUCCIÓN.
La revolución de las masas que predijera Ortega está ya en marcha. Ellas han tomado la dirección de la historia a través de la dirección de la política, de la opinión, del poder, del lenguaje y de lo que a veces se llama aún intelectualidad o inteligencia, bastardeada hoy por los que meramente manejan la pluma bien pagada en vez de la crítica. La crítica no está de moda, la ideología está ausente y es sustituida por algo peor que el mero utilitarismo o razón instrumental de los frankfurtianos: el disfrute del "estar bien" y el uso desmesurado del juguete para adultos que incluye desde el automóvil poderoso, hasta los viajes sin entender ni ver. El panorama es desértico y ya hasta los estratos sociales más simples reclaman orientación y valores.
En un reciente seminario de verano, Habermas, un superviviente de la anterior generación, proclamaba la peligrosísima situación del occidente en este aspecto y la marcha errática de decisiones tecnocratitas en todos los campos que aún siguen ignorando el valor de la tradición, la complejísima e impredecible interconexión de los sistemas y por lo tanto la imposibilidad real de la dirección "científica" del mundo. En este panorama surgen los fundamentalismos, viejas y nuevas fés que llenan los peligrosos huecos que produce el quehacer técnico; la regresión a edades oscuras es tan posible como probable. Todo ello como resultado de la ignorancia, o si se quiere falta de reflexión e interés suficiente sobre la verdadera naturaleza de lo humano, sobre los limites del conocimiento y de la acción, y del desprecio a las autenticas necesidades humanas cuya satisfacción debe ser meta de toda actividad sociopolítica.
El intelectual, si existe,  ha perdido vigencia y autoridad social y sin ella su función es nula, puesto que la esencia del intelectual es precisamente servir de orientación de guía y de critica bajo el presupuesto de autoridad; autoridad que  es conferida precisamente desde abajo a arriba; es decir desde la sociedad- que no pueblo - al pensamiento.

Desde este punto de partida voy a intentar presentar una reflexión bajo el siguiente esquema:

Los avatares históricos del concepto de lo humano y del humanismo y el porqué de la actual situación.

El sufrimiento del hombre bajo la desnaturalización del verdadero humanismo.

La posible superación de radicalismos y reduccionismos como paso obligado para llegar a un humanismo según la naturaleza.

El concepto bio-psico-social de un humanismo según la naturaleza como reflexión critica en el mundo actual para la orientación de las actuaciones y el valor.


1. La desnaturalización histórica del concepto de lo humano.

1.1 El origen de las dicotomías.

Se inaugura la historia por el deslumbramiento que sobre el hombre ejerce la existencia de la consciencia. Los enterramientos, la creencia en el más allá, los poderes sobrenaturales, la asunción de ser el pueblo escogido, conducen a la aceptación del hombre como ser superior a la Naturaleza, incluso como dueño de la misma, disponibilidad de la misma para sus fines, sobre todo en occidente, que originan el hombre fáustico hacedor de todo y satisfecho con nada; sometido a los poderes que él mismo crea e instalador de un orden que tantas veces bajo la capa de las fés, condujo a la tiranía de todos bajo el poder absoluto de quienes entonces ejercían el pensamiento. Naturaleza es identificada aquí con el cosmos todo,  conduciendo esta línea histórica precisamente a la desnaturalización de la naturaleza humana ( el ser de lo humano  escrito ahora con minúscula ) que es colocada en un reino aparte al de su entorno.
La cultura antigua en sus magnificas creaciones literarias históricas y filosóficas atisba numerosas veces la verdadera naturaleza de lo humano, mas no repercuten sus consecuencias en el orden social y debemos entender que esta cultura no fué un su época un verdadero humanismo, si no que fué utilizada como tal en los tiempos posteriores del renacimiento al ser presentada como ejemplo de la libertad del pensamiento frente a los dogmatismos medioevales.


La concepción del hombre como ser supranatural, es decir aparte y distinto de la Naturaleza conduce a las mas nefastas interpretaciones radicales y reduccionistas que explican la  realidad, y que han conducido no meramente al error, si no a las más sangrientas luchas que yo diría han marcado la evolución histórica de occidente, y por ende mundial, y han retrasado durante siglos el desarrollo de un autentico humanismo, al ser constreñida la ciencia y la técnica a marchar por campos divergentes del pensamiento. Trataré de precisar estas ideas.
Si la consciencia humana y por ello el hombre, ha de ser distinto de la materia y función que organizan el cosmos, surge el espíritu, el idealismo, el materialismo, ....y todas las demás dicotomías que dividen la realidad en lo alto y lo bajo, lo bueno y lo malo, el mundo y la carne, la lucha del hombre contra sí mismo y la dialéctica en suma de la confusión. No solo  todo lo dicho cuyas consecuencias se ejercen más bien en el campo de lo religioso y moral, si no también la comprensión del mundo como tal, sufre tales dicotomías creándose los seudo problemas derivados, de la causa y el efecto, de las cosas y objetos, frente a los procesos, de las fuerzas respecto los cuerpos sobre los que actúan; de los sucesos, sobre todo los complejos como la embriogénesis y la evolución biológica respecto los " planes" que los dirigen y las  fuerzas que los ejecutan.

Todo ello ha tenido desde luego una justificación histórico cultural, por no hablar de las necesidades psicológicas y políticas a las que servían y que más bien fueron expuestas en mi ponencia del año pasado en estos mismos  simposium de la fundación Letamendi Forns. La asunción de una naturaleza supranatural para el hombre parecía necesarias para espolear sus deberes de perfección y de religación divina; parecían necesarios para fundamentar la ética y conferir poder ejecutivo a la moral y ofrecía además, basándose en la infinita perfección divina actuando  en todo momento sobre el cosmos, una explicación fácil de todas las ignorancias reales acerca del ser y el cómo de nuestro bello y complejo mundo entorno. Condujo sin embargo a la esclavitud y a la lucha ejemplificada, si queremos no obviar la cuestión religiosa, en las doctrinas del Viejo Testamento, basadas guste o no guste en la supremacía de un pueblo sobre otro, por lo tanto en la aceptación y aún exigencia del dominio del hombre sobre el hombre amparado por Jahve que en una sola noche mata con orgullo a cien mil guerreros de Senaquerib. Cristo en su evangelio proclama un  lenguaje humano apto para todos como guía de la verdad y la vida. Allí no se habla de dicotomías, dualismos ni espiritualismos, si no de amor. El mensaje fué también tergiversado  y acabó sirviendo también a los intereses del poder y de una inteligencia sustentada por la misma alienación histórica del sentido de lo humano. Una alienación, repetiré, que proporcionaba mayores cotas de seguridad; es decir de religación, a base de aceptar mayores cotas de sometimiento en todos los órdenes a la autoridad política, religiosa o intelectual; la especialización de funciones entre papado e imperio y la imposibilidad de abandono individual de sus marcos señalados constituyeron sus características más importantes.

Digámoslo claramente:

La idea de que la naturaleza humana es distinta y superior a la del mundo, idea  que en principio debía ennoblecerle y estimularle, se había convertido en fuente de ignorancia y opresión estimulando a la larga un proceso histórico que por una parte intenta devolver al hombre a su posición real como  parte de la misma Naturaleza, pero que por las luchas históricas que exige su triunfo deviene en una nueva fuente de alineación, por lo que ambas posturas contradicen a un verdadero humanismo: El humanismo según la NA -naturaleza, palabra que esta vez debe escribirse simultáneamente con mayúscula y minúscula y que intentaremos presentar explicar y defender aquí.


1.2. Los intentos de superación.

Sobre el pensamiento dominante; es decir, la ideología propiamente dicha, del antiguo régimen se produjeron en distintas épocas históricas revoluciones o cambios de paradigma que abocaban a mayores grados de libertad en cuanto autoresponsabilización del hombre y cada hombre respecto su destino y que brevemente citaremos a continuación:

La revolución copernicana. Arroja a la tierra y al hombre de su posición central intuitiva o naiv - mente aceptada. Constituye, pues el primer paso de sacar al hombre de su posición de privilegio postulada por el antiguo régimen ( de las dicotomías ) para acercarle un paso más a su verdadera naturaleza; es decir de su aceptación y comprensión como parte misma del cosmos o Naturaleza con mayúscula.

La revolución protestante no solo fragmenta políticamente a Europa rompiendo el esquema medieval básico de los dos poderes. A los efectos de la presente reflexión, y a través de su principio del libre examen, acepta y fomenta la conciencia y responsabilidad individual primero ( para el conocimiento y la salvación ) y  del examen de la Naturaleza y del pensamiento después.

La revolución francesa, paradigma de todas las revoluciones, es consecuencia forzada de la anterior al exigir la libertad política y rechazar los poderes absolutos y por la gracia de Dios haciendo descender la soberanía al pueblo y el poder fáctico al voto. Así el orden social entendido antes como absoluto y divino es trascendido por un orden cultural originado en la libertad humana, no sometido a otros poderes y fuerzas que los de su propia naturaleza.


1.3 Los residuos reduccionistas subsistentes en los años 50.

Sin embargo  aún en la liberación política subsistían innumerables fuentes de desconcierto y duda sobre el origen, naturaleza, posibilidades y deberes del hombre, solo que ahora dentro del mismo ámbito del pensamiento libre instituido en los dos grandes grupos  de ciencias las de la naturaleza y las del espíritu. Digamos que esta división válida durante todo el siglo XIX y casi todo el XX realmente entendemos que su superación inaugura o inaugurará en el conocimiento, el siglo XXI ) es también consecuencia de las dicotomías denunciadas sobre la concepción del mundo: materia y espíritu; hombre y animal, sustancia extensa y sustancia pensante.... Es evidente que si el hombre es parte de la naturaleza sus productos, entre otros el pensamiento también lo serán, por lo que también los productos culturales y del pensamiento han de ser entendidos y escrutados según la ciencia natural. Las investigaciones científicas actuales acerca del fenómeno de la consciencia humana y el consenso evidente de ser ésta también una función neurofisiológica, y por lo tanto investigable según la ciencia natural, demuestran esta aseveración; pero adelanto con ello algunas ideas.

Señalaré cuales eran en mi opinión los resabios o residuos del pensamiento dicotómico y reduccionista subsistentes todavía en los años 5o de este siglo, por lo tanto en la época de formación de la generación a que pertenezco y pertenecen casi todos ustedes.

1. Citaré en primer lugar la división del mundo en los dos grandes bloques o mejor dicho imperios de oriente bajo el pensamiento monista del materialismo dialéctico,  y de occidente.

2. La división de occidente a su vez en dos grandes grupos, espiritualistas dualistas y materialistas - monistas. Grupos que ya no combaten  en sangre y fuego pero que originan graves problemas en las conciencias individuales y a la largo por lo tanto también en el tejido social.
Esta división se expresa en las soluciones diversas que se dan al origen de la libertad humana, de la direccionalidad del tiempo, del determinismo o indeterminismo microscópico, al sentido de la segunda ley de termodinámica, al cómo y al porque del origen de la complejidad en el individuo y en la evolución biológica y al origen mismo del pensamiento y de la consciencia y la libertad, y  desde luego al cómo y porque de la moralidad privada y pública.

MIentras tanto el golpe de péndulo o de timón que fué liberando al hombre de las ataduras del antiguo régimen oscila peligrosamente en sentido contrario produciendo la segunda alienación que padecemos y cuyas consecuencias en el plano del individuo, de la ética de la política y por ende de la historia denunciaré brevemente a continuación.


2. El sufrimiento humano en los confines de la civilización técnica.

2.1. Permítaseme partir de un postulado:

La lucha histórica emprendida por el pensamiento a fin de situar al hombre en su "puesto ( según la naturaleza ) en el cosmos" ha desnaturalizado de nuevo al verdadero humanismo y en aras de la libertad, una civilización tecnológica al servicio otra vez del poder, esta vez económico y político y ya no ideológico, constriñe cada vez más al hombre por la senda de la inseguridad, de la angustia, de la enfermedad; en suma de la alienación deshumanizada.
Léase la luminosa obra de nuestro presidente Prof. Arasa "¿A donde va el Hombre ?" que muestra en detalle los reales peligros de nuestra deshumanizada civilización.

¿ Cómo ha sido posible  ?

Ha sido posible por la pérdida de un paradigma orientador, léase una ideología y una fé que compatibilice los saberes racionales y científicos con las necesidades psicológicas individuales y sociales que fundamenten la ética publica ( juridicidad ) y la moral individual. Esta fé que buscamos es la que ya hemos denominado Humanismo, según la na(Na)turaleza o humanismo científico natural.



2.2 Los nuevos intentos de ideología y religación en el siglo XIX-XX.

Ante el avance de la ciencia y el desprestigio o puesta en evidencia de las ideologías o fes de salvación tradicionales  (cristianismo - materialismo ) surgen como desesperados intentos nuevas creencias en occidente que intentan atrapar la nueva dirección del hombre y compiten entre sí sin que ninguna logre prevalecer, ni ninguna satisfaga las nuevas exigencias. Solamente citaré someramente estas nuevas ideologías cuyas consecuencias aún padecemos:
De la crisis del cristianismo surgió la filosofía, sobre todo la centroeuropea como una "teología disimulada" en feliz expresión de Nietzsche, filosofía que desde Hegel a Heidegger dejaba inerme a la voluntad humana para la elección de la virtud y desorientada entre el hedonismo que parecia postular la liberación intelectual y el ascetismo que exigía "pastorear al ser".
De la crisis de la filosofía pura surgió el marxismo que amalgama en parte algunos conocimientos sobre la biología humana,
con el idealismo produciendo el materialismo dialéctico que ha supuesto el retraso histórico o la pérdida de 7o años de historia en los países que logró sojuzgar.
De la crisis de la biología enfrentada con las funciones superiores humanas surgió el psicoanálisis que en su gigantesco y emblemático desarrollo histórico sirviendo de consuelo a la angustia del individuo, oscila en la más peligrosa ambigüedad respecto la conveniencia de liberalización de conductas individuales, sean sexuales o coercitivo-sociales, o el ascetismo masoquista como  justificación de la represión e  infelicidad humana como pasos necesarios para mantener el orden individual y social.
Aún deberíamos citar todos los fundamentalismos y nacionalismos radicales y el auge de las paraciencias y mancias aún dentro de nuestro propio entorno. Son resultado del fracaso de nuestra cultura de occidente en atender simultáneamente a la cabeza y al corazón, o dicho de forma más concreta; de ser incapaces de ofrecer simultáneamente el constructo lógico-juridico y racional que es el estado y, y el entorno convivencial, afectivo y natural humano en cuanto próximo a la naturaleza en la tierra el animal y el curso de las estaciones. El primero sirve a los trabajos de la razón el segundo a las necesidades del corazón, y el verdadero humanismo ha de encontrar entrambas el adecuado equilibrio y satisfacción. La deshumanización del Estado y la Técnica, propicia el auge exclusivista y aún agresivo de lo emocional visceral que a la larga predominan aún en la naturaleza humana. Ni mucho menos  está decidido ni es claro de quien en el futuro ha de ser el triunfo.

Además de estas doctrinas básicas y clásicas han surgido posteriormente los siguientes importantes sincretismos:

Del sincretismo entre psicoanálisis y marxismo; es decir, de la extensión del primero a la interpretación y orientación sociopolítica, surge la escuela sociológica de Frankfurt, última creación intelectual europea con repercusiones mundiales, y que bajo Adorno, Marcuse, Habermas y otros intentan encontrar bajo la teoría critica y la explicación de la razón instrumental, primero una derrota de los presupuestos ideológicos de la sociedad liberal y de mercado, y segundo la creación de un nuevo humanismo basado en la liberación de las pulsiones respecto las últimas cadenas del Estado. Así al menos fué vivenciado por la juventud europea, cuando entusiasmada creyó en los años sesenta poder seguir disfrutando de las ventajas de la medicina, los seguros sociales, los viajes y la libertad sexual sin trabajar, ignorando que todo ello eran producto de los bienes y capital (material, intelectual y moral ) acumulado por sus padres que aún seguían en la brecha trabajando. Gran parte de quienes disfrutaron de esta revolución cultural europea de los años 6o llegaron luego al poder en forma de los nuevos dirigentes de los partidos, ( en unos países más que en otros por mor de particularidades históricas ) y son responsables de algunas de las pesadumbres y ambigüedades otra vez antihumanas que padecemos y a las que luego me referiré.

Del sincretismo entre cristianismo y marxismo surgen los diversas líneas de la llamada teología de la liberación, que malinterpretando las autenticas necesidades humanas en cuanto a las creencias intentan una superación del hombre y sociedad indigentes, basándose en la dedicación a "este mundo" sin abandonar del todo fundamentos y doctrinas que ignoran las nuevas posibilidades que brinda un humanismo autentico basado en la propia NA-naturaleza humana.

Un último sincretismo se perfila. El sincretismo entre cristianismo y ciencia natural. La posibilidad y exigencia de una convivencia armoniosa entre la fé y la ciencia como nos dice en sus escritos el Prof. Kanitscheider , entiendo constituyen fin principal de nuestras reuniones a lo que intento contribuir en este escrito que conduce a un humanismo bajo la aceptación de la naturaleza humana como parte de la Naturaleza física natural si se me permite esta expresión respecto del mundo donde estamos y del que formamos parte.


2.3. El sufrimiento y anomia de la sociedad actual.

Nadie como un psiquiatra puede hoy dia calibrar y sentir los inmensos sufrimientos humanos en un mundo que se prometía precisamente paradisíaco por la liberación de las mentes y las conductas, la acumulación de bienes y servicios, los dispositivos de seguridad social y la vigencia cada ves más extendida, se dice, de los derechos humanos.....y que creía así haber superado la desgracia. No acudiré a los flagrantes ejemplos en países ajenos al mundo opulento del que formamos parte, si no a las miserias de esta misma "opulencia" que intentan erigirse en paradigma y modelo para el resto de humanidad.
Sea el primer error el mantener con la misma decisión, las antiguas creencias  irreales sobre el posible alcance de desmesuradas metas de saber, de poder, de disfrutar de entender y aún de justicia de libertad y de amor y de igualdad.....Al igual que desmesuradamente se prometía felicidad eterna segura, inmortalidad en aras del espíritu, y llegar a ser como dioses al comer el árbol de la ciencia, se promete hoy día la complitud en el tener y en el disfrutar bajo escasas o nulas exigencias de sacrificio o compromiso social.....La constatación del fracaso de tal promesa precisamente por los condicionantes de la naturaleza humana, aumenta las cotas de insatisfacción, y la información fluida sobre la injusticia solivianta los espíritus en búsqueda de emulación del poder indecente, en vez de en el seguimiento del virtuoso y el noble o aún el critico ya inexistente.
Estas afirmaciones globales que atañen a nuestro aquí y ahora tienen concreciones precisas que señalaré  telegráficamente en forma de ídolos o paradigmas de la deshumanización.

Educación. La educación en la infancia y no tanta infancia en la permisividad provoca la anomia, el no aprendizaje de la fustración, la pérdida del sentido de la jerarquía y del valor, el olvido de la necesaria atención al esfuerzo, la honradez y el entusiasmo en la construcción de la propia persona y personalidad como metas del esfuerzo biográfico, en vez del deseo en la consecución del placer, del disfrute y del tener, en una orgía de la posesión y  del despilfarro que corrompe todos los sistemas políticos actuales. Estos factores aún siguen actuando en el consejo de los aún ignorantes pero con predicamento social y acceso a los medios, vedados para las voces más criticas, bajo la égida de que quien paga el producto debe escuchar solo aquello que le satisfaga. La actitud no restrictiva, la ausencia de la admonición razonable en el refuerzo negativo si fuere necesario, etc. ha creado y sigue creando millones de potenciales o factuales psicópatas que siguen la línea de la delincuencia, de la piromanía, del gansterismo, del asesinato - no virtual si no real del padre..... Más que nunca este verano tenemos ejemplos de lo que decimos en una cotas de criminalidad que van haciendo ya insostenible la situación.

Terrorismo. La debilidad intelectual y factual contra el terrorismo en una sociedad que ha dado al terrorista no solo la posibilidad de haber llegado a ser persona , si no los medios técnicos y económicos de su sangriento chantaje, es un verdadero escándalo de nuestra época. Es posible que algunas medidas inaceptables sean necesarias por eficacia y pragmatismo, pero desde luego no se hubiera llegado a las mismas, de no mediar la permisividad previa que incluso por boca de dirigentes intelectuales políticos, y aun religiosos, se aceptó la legitimidad de la violencia. Los culpables, como en el caso anterior tienen nombre y apellidos, y curiosamente, aun en aras de un pensamiento democrático, no tienen en cuenta la opinión pública tantas veces manifestada en las encuestas. ¿ Es que acaso es desproporcionado que quienes atentan contra la sociedad sean privados de sus derechos constitucionales o sociales y se le exija además de la reparación del daño en cuanto posible, un montante más de multa ejemplificativa restituible con su trabajo y ejemplo ?

Enfermos mentales. La revolución seudohumanista del sincretismo revolucionario de los sesenta según lo hemos descrito, trajo consigo una revolución asistencial en la que la psiquiatría ideologizada y politizada ( que no es afortunadamente toda la Psiquiatria ) proclamó la culpabilidad total de la sociedad en el origen de la enfermedad mental, el tratamiento de los mismos por lo tanto exclusivamente con medios sociales y de reinserción y la negación por lo tanto de las necesidades legitimas de ayuda o de protección, si llega el caso, no de la sociedad como tal, término siempre ambiguo e indefinido si no de los familiares concretos convivientes, los vecinos del barrio y los prójimos - esta es la palabra exacta - a quienes se les exige más que  perfección humana y santidad evangélica que si aceptaba poner la otra mejilla era sin duda en afán pedagógico al intentar avergonzar al agresor para conseguir metas adecuadas lo cual no es aplicable al enfermo mental crónico y grave que ha perdido precisamente la capacidad de aprendizaje y  rehabilitación. Reacuérdese la eficacia de la técnica de la no violencia de Gandhi para la liberación de la India. Prácticamente han desaparecido las instituciones de protección y custodia, necesarias en determinados casos, obligándose a la convivencia en la familia y en la sociedad de enfermos realmente peligrosos como muestran ejemplos de los periódicos en estos últimos días, que solo son punte del Iceberg de infinitos padecimientos de quienes tienen que soportar casos incurables o similares  y que por aparentemente ayudar a uno pueden desequilibrar gravemente toda una familia de varias personas incluso perpetuando en hijos etc. las mismas enfermedades o desequilibrios.

Enfermedades infecciosas; léase Sida. Todavía no entendemos como se quiere controlar una epidemia de tal calibre y peligrosidad sin que la infección sea por ley de diagnostico, prevención y declaración obligatoria. A veces pensamos que es una idea maligna de quienes en la sombra dirigen los hilos del mundo ( el gran y escondido capital ), que bajo la apariencia de permisividad y humanismo, abogan por el ocultismo o la compasión irresponsabilizando a enfermos,  posibles enfermos y sociedad en general de un gravísimo problema  que no lleva camino de aceptar los medios eficaces que le podrían resolver, esperando así un inhumano control darwiniano de la especie.

Desviaciones conductuales. En el florido y amplio campo de entre la criminalidad, y la enfermedad mental proliferan otras muchas desviaciones, problemas y anomias que aquellos paradigmas europeos que denunciamos y que se situaron también fuera del autentico humanismo en los limites de lo humano. Me refiero a la homosexualidad y el consumo de drogas especialmente. También a la extensión y permisividad hacia el suicidio, el alcoholismo, conducción peligrosa, proliferación de aficiones de riesgo, sea al coleccionismo de armas, al deporte temerario y similares. Evidentemente que la libertad individual debe llegar hasta los confines del inicio de los derechos ajenos, mas en tantas ocasiones los limites son difíciles de precisar y lo que yo meramente quiero decir respecto estas cuestiones es que la conducta desviada y peligrosa se ha erigido anómalamente en más fuerte, más exigente, más gritona, si me permitís la palabra, o más desvergonzada, si queréis un término más periclitado, y no solo proclama su derecho a existir si no incluso su primacía respecto lo normal evidente y lo tradicional firme. Ello se produce por la debilidad y permisividad del precisamente razonable que se ha dejado o se está dejando achantar o dicho más exactamente se está dejando matar al aceptar una culpabilidad histórica en la que no se ha discernido muy bien cuánto y en qué limites debían mantenerse la libertad humana. Ello por falta de investigación , precisión y claridad precisamente respecto el humanismo en los limites naturales de la humano que estamos defendiendo.

Por ultimo como causa frecuente de sufrimiento derivada de las ideologías  que podemos llamar decadentes que estamos denunciando citaré:

La inestabilidad emocional. Un eufemismo que utilizo para evitar el aparentemente más vulgar pero más exacto del desamor, del olvido , de la falta al compromiso, y de la ausencia de una exigencia de sacrificio presente en aras del bien no solo del prójimo y común, si no del propio que en nuestro autentico humanismo brota ni más  ni nada menos que de la propia satisfacción en el deber, del placer en el conocimiento y en el cultivo de las artes  en suma del cultivo del ser de la persona en vez del tener y del placer.
Está es quizás en ausencia de situaciones de catástrofe, la causa más frecuente del sufrimiento. Aquí también los ideales e ideologías desmadradas e inhumanas respecto la exigencia de la "libertad absoluta" el "derecho ilimitado al propio cuerpo", sea en la sexualidad como disfrute, o en los mecanismos reproductivos, conducen cada día a patología individual y social que no es posible reparar, dígase bien claro, con los parches de consolación o tratamiento que podamos aportar médicos, moralistas o ayudas humanitarias. aún siendo también tan poderosas las técnicas a nuestra disposición.

La guerra. Sea nuestra ultima cita en el capitulo de desastres. Es una herencia histórica que es preciso deslegitimar de forma total, pero el camino se nos antoja arduo y largo y aun congruente con nuestro humanismo, entendemos que no es resultado de las ideologías que criticamos si no que deriva de las condiciones tan distintas en las que surgió la vida de nuestra especie y sobre las cuales " la razón vital orteguiana "  rectora del humanismo según la Na-naturaleza, ha de poner fin y coto algún día.



3. La superación de los reduccionismos y hacia una comprensión racional y razonable  de la naturaleza humana.


1. Los fenómenos de la autoorganización y la vida.

Nada escandalizó tanto a los atisbos de racionalidad con los que quise entender el mundo en derredor en mis años de formación como joven e inquieto estudioso, que los argumentos basados en la imposibilidad de que el azar hubiera producido la belleza y complejidad del mundo y por lo tanto la maravilla de la vida y de la conciencia humana. En un ensayo inédito y ya impublicable escrito en 1955, afirmaba que si el ojo se parecía a la cámara fotográfica y la aleta del pez y ala del ave es similar a la  del submarino y del avión, era por haberse originado en la lucha dinámica y si se quiere dialéctica ( en cuanto se consideran sus esquemas teóricos, ) respecto la luz y la dinámica de fluidos. Mil millones de millones de veces que lanzáramos las letras del alfabeto al aire no escribirían al azar la Divina Comedia y aún si lo hicieran no se trataría de la Divina Comedia que como obra humana consta sobre todo de un significado y de un propósito. Mas las moléculas del mundo y los átomos sintetizados en los soles agonizantes no son idénticos, ni sus probabilidades de alianza y cohesión en moléculas más complejas hasta llegar a las reduplicantes y a la vida, son iguales. En suma que la organización de estructuras complejas y por lo tanto la vida y la evolución en su asombroso camino de anamorfosis se realizaba no en contra de la Naturaleza, ni era por lo tanto necesario un impulso directivo ajeno a la misma, ( la naturaleza o physis - en el sentido original griego - de las cosas ) si no precisamente en virtud de esas mismas leyes. Ya vislumbraba y vislumbraron muchos, sin que se aceptara como paradigma general de la realidad, que nuestro mundo no era el único de los posibles pero sí desde luego uno de los posibles, y aún de los más probables y quizás hasta de los más necesarios. Del enorme abanico ( o mejor dicho árbol taxonómico-evolutivo ) de lo posible las sucesivas realidades iban escogiendo ramas en las que una vez encaramado el ser vedaba por ser  camino sin retorno la realización de otras semejantes. Esto mismo afirma, postula y explica como autentico nuevo paradigma y admirable descubrimiento de este siglo como ofrenda al próximo, la doctrina del orden y del caos, en la cual el caos determinista fija el abanico inmenso de lo posible - los atractores del sistema dinámico - posible que por el mero hecho de serlo se configura en atractor ( o en modelo final ) que no causa, de la evolución del ser; es decir, del avance progresivo de la complejidad de la cual emanan las funciones emergentes transformando por así decir las potencias en actos....
 El origen de la tremenda simplificación en el funcionamiento del universo proviene de los residuos reduccionistas del pensamiento físico del siglo XIX centrado en el mecanicismo y en el determinismo; afianzado en la segunda ley de termodinámica que a pesar de su cumplimiento en los seres vivos, dejaba candente el problema de la organización y del plan.
Las cosas no son objetos. Los objetos suponen la fragmentación del universo-uno que realiza el aparato cognoscitivo humano originado sobre todo, para permitir la marcha sin tropiezo sobre el árbol o sobre el suelo. La deificación del objeto o de la cosa, dió lugar a la búsqueda de las causas de su dinámica y transformación impidiendo entender que el mundo y el ser real es un mundo de procesos que alberga en sí las fuerzas de la dinámica que no provienen pues de efectos externos cuyas direcciones y acciones debieran ser explicados aparte.
Los genios de este nuevo entender tienen nombres concretos desde Gleick, Prigogine, Mandelbrot en la física y matemática, y K. Lorenz explicándonos por fin los orígenes y porques biológicos de las estructuras y funciones del entendimiento humano que realizan y afirman los famosos principios a priori kantianos.
Por último son abordados dos problemas limite: la consciencia también desde el punto de vista científico, tema de moda si los haya ( Penrose, Koch, Rodriguez Delgado ....) y el origen del mundo aceptado el big bang pero con posibilidades, parece de abordar el instante H y aún los momentos anteriores en aquella afirmación del valor no nulo de la energía en un campo cuántico vacio de partículas ( Hawking ). Aun eliminando las dos últimas y esotericas cuestiones, parece que las sucesivas revoluciones copernicanas que arrojan al hombre dentro de nuevo de los limites de la naturaleza han de cumplir su función ideológica en cuanto a exigir la superación de los reduccionismos dicotómicos entre materia y espíritu, causa y efecto, masa y fuerza, plan y suceso etc.
Precisamente afirmamos que la comprensión de la naturaleza humana ha de propiciar la eclosión de un humanismo autentico y real tan lejos de las visiones y exigencias trasnochadas en  eternidades e infinitudes, como en las degradaciones del materialismo y la supremacía de la masa y la sociedad, léase el poder político sobre el individuo.
Mas ¿ Acaso las ansias milenarias de trascendencia, los infinitos anhelos de felicidad y amor eternos y de justicia absoluta que palien las insuficiencias y sufrimientos de este mundo han de quedar insatisfechos, para ser proclamados como hace Freud en el Porvenir de una Ilusión  como aspiraciones infantiles que materializan al padre en el dios bueno tras las nubes, pero que también puede ser vengador y  verdugo....? Cuestiones difíciles, peligrosas aun para la convivencia, mas que exigen ser abordadas precisamente en estos simposiums cuya intención profunda sin duda, yace en el estudio de las relaciones históricas y actuales entre la Ciencia y la Fe que se desarrollan en el corazón y en el cerebro humanos. Seria cobardía evitarlas y más en un psiquiatra que intenta ayudar desde la comprensión y el entendimiento de la realidad.


3.2 Del conocimiento a la sabiduría. Los porqués y los cómos de las ideas y las creencias.

3.1 Lo raciomorfo y lo racional.

Ya he presentado brevemente, pero de forma suficientemente clara para el lector u oyente ilustrado, cómo los órganos sensoriales y la elaboración informática neurocerebral organiza el modelo interno del mundo de acuerdo con las necesidades de supervivencia, y cómo a través del lento proceso evolutivo de estos sistemas va incorporando "la legalidad que muestran los invariantes del mundo" a este modelo. Los a prioris de la forma, en la planaridad, la cohesión, la organización del percepto tanto estático como en movimiento, pero posteriormente, la individuación del proceso complejo, como los movimientos del cielo, y la individuación del animal y del prójimo se incorpora y actúa en automatismos inconscientes que llamamos raciomorfos y que realizan con precisión y eficacia una inmensa labor informático-cognitiva cuyo deterioro en las psicosis nos va dando a conocer cómo funciona. Precisamente dentro de estas intuiciones raciomorfas, destaca la formalización e hiperformalización del mundo en objetos o cosas en vez de en procesos y fuerzas dando lugar a la búsqueda de las causas de su  dinámica.
En segundo lugar como hemos dicho,  también la percepción automática de intenciones y actitudes en el prójimo, sea por su expresión afectiva o pantomimica y por lo tanto por la tendencia a dar un significado antropocéntrico a todos los sucesos del mundo, opera desde lo raciomorfo; es decir, inconsciente y automáticamente constituyendo las conductas instintivas. Estas son incluso capaces de operar con conceptos, pues eso constituyen las categorías capaces de desencadenar u organizar las respuestas, extractando "universales" de la realidad entorno. Estos "universales" o categorías eficaces para la organización de la acción animal, y humana forman el perimundo o Umwelt que tan bien fué ya descrito por Von Uexkull en los albores del siglo. El progreso cognoscitivo tuvo por objeto una progresiva objetivación del objeto; es decir la separación de su componente significativo antropomórfico y su consideración en sí mismo, pero ello no quiere decir que la percepción deje de estar limitada y modificada siempre por las características arcaicas que presidieron la aparición evolutiva de los aparatos sensoriales y cognoscitivos. Respecto a la percepción del prójimo; o más en concreto respecto la interpretación de su estado de ánimo, de su actitud hacia nosotros etc. tan importantes para la supervivencia en el hombre primitivo para el cual cualquier semejante no conocido debía ser significado como enemigo, sabemos mucho a partir de determinadas enfermedades mentales, como las psicosis paranoides en las cuales la deficiencia de la función "objetivadota" hace decaer la misma a niveles más primitivos y arcaicos con el resultado del paranoidismo; es decir, de la suspicacia y del delirio, en este caso erróneos. Todo ello opera también desde lo raciomorfo, no es pues, resultado de una reflexión si no de una intuición, próxima, pues o idéntica con lo instintivo.

3.2 Las razones del corazón.

Al surgimiento de la consciencia seguramente como una función emergente capaz  de mejorar el modelo interno del mundo probando internamente en el mismo las consecuencias posibles de nuestros actos y dando un paso de gigante con la aparición del lenguaje simbólico y la transmisión del saber experiencial personal a la cultura que todos podían adquirir, aparece con su ventaja un grandioso peligro: La posibilidad de mediante el lenguaje extender infinitamente la creación de conceptos cuya realidad es después postulada por el mero hecho de haber sido concebidos ( Véase la curiosa prueba de San Anselmo de la existencia de Dios) Ello produjo una inmensa proliferación del mundo de las ideas que son luego significadas por las necesidades afectivas humanas dando lugar a las creencias; es decir a la creación de entes y conceptos que satisfarían aquellas ilimitadas, irracionales e infantiles ansias de ser existir y tener provocando en mi opinión una gigantesca alienación de lo autentica mente humano y que a la postre condujeron a las dicotomías y luchas tantas veces expuestas y que pretendemos superar. Las razones del corazón originan y disparan las creencias que quedan en el desamparo del conocimiento y de la razón. Una explicación más precisa de estos procesos requeriría sumergirnos en el difícil, pero hoy día bastante claro, proceso del pensamiento humano y del origen de las creencias y sus parientes cercanos los delirios. Estos en forma de sabidurías dominaron la explicación del mundo durante siglo y han sido las revoluciones copernicanas y sucesivas, que hemos descrito las que han ido depurando los limites entre el conocer inseguro pero con atisbos de verdad, y el saber seguro pero con fácil posibilidad del error...

3.4. La educación en lo razonable.

Mas es posible y necesario evitar las luchas entre lo imaginado en la creencia y la conocido por la razón. El nuevo humanismo de una vez por todas ha de superar esta lucha histórica y la convivencia armoniosa que tan seductoramente proclama el Prof. Kanitscheider debe erigirse en motor de la educación de las nuevas generaciones. Quede cada una en su campo. La explicación del mundo, incluido el hombre, para la ciencia. La Fe y la trascendencia para los inmensos campos donde puede extenderse el amor, la emoción, el arte y la sabiduría sin entrar en contradicción con el conocimiento. El conocimiento no negará jamás la existencia de lo que desconoce y sus límites son tan reales como reales son sus afirmaciones en el campo de la racionalidad y lo razonable.
Por otra parte no debemos tener temor ante la posible angustia existencial que desencadenaría las dudas sobre la trascendencia. El hombre ha mostrado su tremenda flexibilidad en el pensamiento, el sentimiento y la acción y no me parece que el sufrimiento humano salvo en Unamuno y en Kierkegaard haya sido mayor en las culturas del realismo cognoscitivo que en los reinos de la espiritualidad trascendente. Ambas han mostrado históricamente la posible subversión entre fines y medios a fin de  proporcionar la explotación del hombre por el hombre.
Mas siempre podrán verterse estos anhelos en la creatividad poética, que también es producto humano y por ello parte esencialmente integrante de lo humanístico.

Podemos así exclamar:


O R A C I O N  


Esencia, eres, Oh Dios , en existencia pervertida,
que el docto en libro grueso quiso.
Amor en llama consumida
que el místico sufrió en profundo pecho.
Letra, atribulada en mármol infinito.
Reverencia en piedra de arquitectura incansable,

Mas, para mí, ! Oh Dios mío !
La sed infinita del abismo.
El deseo desbocado de impaciencia.
La luz cegadora inexistente.
El saber transparente, que me ciega.

TU, dios del aire !
Quimera inefable de la vida.
Consuelo incansable de la mente...

Sé, por siempre luz y sombra
y acaricia mi torso ante mi muerte.




4. El humanismo en los limites de la Naturaleza.

El humanismo en los limites de la naturaleza ha de fomentar el ansia de la trascendencia, la espiritualidad y el amor hacia el cuidado de los semejantes, en la creación  y disfrute de la belleza del mundo y en la misma emoción y pasión que supone la investigación científica y la aplicación de la técnica dentro de las pautas del ser del hombre; es decir de un humanismo verdaderamente humano. Tan importante es conocer el limite del conocimiento como el limite de lo humano y es responsable la educación y sus directores ideológicos mundiales, de las futuras posibilidades de verdad y felicidad de las generaciones que nos sucederán.

Las tareas que pueden brindarse al intelectual en las próximas generaciones son inmensas si la humanidad quiere escucharle.  Completando los problemas citados anteriormente quiero hacer hincapié final en las siguientes cuestiones clave que han de ser reguladas mediante la aplicación de las directrices esbozadas en la presente reflexión.

4.1. Sobre el cambio evolutivo de la misma naturaleza humana.
Puede en efecto plantearse si la evolución histórica ha cambiado o puede cambiar la propia naturaleza humana por lo que cambiarían sus imperativos éticos y morales. La utopía del superhombre y la creación de nuevos códigos de valores y conductas condujo como es sabido a la ultima hecatombe que supuso la ultima guerra mundial y a la dicotomización histórica de los bloques e imperios ideológicos. Entendemos que la humanización de la historia es posible en el perfeccionamiento evolutivo de lo humano, pero en cambios absolutamente lentos e infinitesimales rara vez justificados por un conocimiento suficientemente seguro de esa misma naturaleza humana. La ingeniería genética brinda un campo inmenso cuyas consecuencias pueden ser maravillosas o temibles. Su impacto social y humano pueden, y probablemente en decenios futuros lo serán, mucho más importantes que la misma energía atómica. De momento se vislumbran aplicaciones puramente médicas en la eliminación o  prevención de enfermedades debidas a trastornos genético-hereditarios. En la botánica y agricultura y en zootecnia se están haciendo prodigiosos avances. Verdaderamente es imposible saber lo que pueda conseguirse respecto al genoma humano cuya catalogación va llegando a su fín. Yo entiendo que la investigación científica será imparable, pero espero que cuanto más compleja sea, más grandes medios económicos demandará y más complejas colaboraciones de especialistas y de equipos serán necesarias. Ello mismo permitirá un cierto o completo control respecto autoridades estatales o mundiales en escalas seguramente superiores respecto a lo sucedido en la investigación nuclear. La investigación llegará a sus propios límites por este mecanismo. El dominio completo y manipulación por lo tanto arbitraria del genoma quiero creer que será imposible, si no como factum científico, sí como consecución de la humanidad. Mas ello es una creencia y este campo puede ser la autentica caja de Pandora del futuro.
Esperemos que no aparezca en este campo, y por los motivos de complejidad aducidos, un iluminado que invente una nueva revolución técnico-biologica de la humanidad.
Ya lo hemos mostrado en los ejemplos de las revoluciones ultimas pedagógicas y asistencial  psiquiátricas. Nada ha provocado más daño a la humanidad que el idealista que intenta por la revolución y el fuego su mejora. Es el camino lento del convencimiento y de la comprobación en la tradición, lo que debe marcar la pauta.
La tradición y prudencia han de presidir por lo tanto las innovaciones que permite la técnica en la reproducción humana; en la agricultura de nuevo cuño; en la insana evolución de las ciudades. El hombre en su naturaleza muestra su realización histórica en la convivencia reducida, en el contacto con el campo y sus compañeros de vida en el animal y en la planta y por último  en el cultivo y el disfrute de las artes entre las que puede contarse el propio ejercicio del estudio la reflexión el saber y la investigación científica. Estos son sin duda los mecanismos más frecuentes de alienación.
 El teletrabajo en casa; la revolución informática y otros medios espero que determinen la vuelta del hombre a la convivencia familiar y vecinal rural trabajando sin embargo en las más altas tecnologías. Los limites de lo humano son más precisos, importantes e invariables  en las necesidades emocionales y sociales, que en las cognitivas, ya lo hemos dicho; al fin y al cabo la investigación sobre el teorema de Pitágoras debe dejarnos tan fríos o hambrientos como antes respecto a los verdaderas y profundas necesidades del afecto, la compañía, la autoestima y también la sexualidad y el amor, necesidades todas primordiales en lo humano y constitutivas por lo tanto de los fines que ha de satisfacer una cultura humanística según la naturaleza.

Sabemos que los retos son inmensos y por citar uno de ellos pensemos en el Congreso ( que no conferencia ) sobre la población mundial que en el momento que escribo estas líneas, se celebra en el Cairo. ¿ La regulación de la natalidad es una exigencia del humanismo en los limites de la naturaleza, o es un deseo del poderoso por mantener sus cuotas de posesión y dominio ?
¿ Cómo puede ejercerse coerción o convicción para el cumplimiento de la ética y moral si grandes grupos de población  abandonan la creencia en la justicia final y suprema  ?

4.2 Los principios de autoorganización en los procesos históricos y culturales.

Si los sucesos del mundo físico elemental se muestran en sus interacciones de tal complejidad que bien puede darse por caso limite, particular y verdaderamente extraño el que rige la mecánica celeste y que dió pié a la ideología determinista, es evidente que los sucesos históricos y sociales, aún son más difíciles de prevenir y peligrosos de manipular. Estudios recientes han mostrado que la economía planificada está claramente abocada al fracaso pues es imposible el control de todas las variables. Así la economía de mercado se regula a sí misma, salvo detalles de corrección bajo imperativos sociales, que no alteren datos básicos, como por ejemplo los precios. En la citada obra del Prof. Kanitscheider se exponen datos y consecuencias sobre el particular. En vez de la economía podríamos poner como ejemplo otro proceso histórico de larga duración, como es el devenir de la cultura, el conocimiento y progreso político social en los países protestantes en los que se aceptó el " libre examen" ; es decir, la libertad del pensamiento, respecto aquellos que lo persiguieron. Todos pueden deducir fácilmente  a qué ejemplos me refiero. La ley de la tolerancia en la libertad, las ideas, el pensamiento y la investigación condujeron en un magno proceso de autoorganización y autoselección a que fueran aceptadas las doctrinas más adecuadas y viables y eliminadas las demás. La selección natural actuaría, como estudian los sociobiólogos, de forma parecida en la genética de poblaciones que en la "genética" de las ideas, la cultura y el conocimiento. Se ha propuesto el nombre de "menes" para los equivalentes en el plano de la evolución cultural a los genes, si bien la sociobiología parece haber perdido un tanto de su inicial predicamento. Así, es la organización democrática la que parece ha de ser más eficaz. No olvidemos no obstante que los sistemas dinámicos pueden estar sometidos a largas y dolorosas fluctuaciones en las que parezca todo retroceder  hasta llegar incluso a los puntos de catástrofe. En todo caso para lograr el consenso es necesaria la discusión, la opinión y desde luego la legislación. Autoorganizado o no, los limites al desorden social se verán impuestos por el mismo grupo social como ya hemos comentado. La autoorganización debe operar dentro de los limites precisos de una legalidad razonable y consensuada que fije unos mínimos de " orden y ley". Gracias a los medios de comunicación de masas cualquier suceso es publico y se autorecluta imparablemente al ser presentado en la televisión, donde los mismos protagonistas pueden observarse a sí mismos. La fantasmal caída de los regímenes comunistas se produjo en parte por este fenómeno que está a punto de repetirse en Cuba, y que probablemente a pesar de las luchas suicidas de todos los fundamentalismos, se repetirá en los países aún cerrados del Magregb y de Asia.
Precisamente por ello es importante que la "inteligencia" pueda tener de nuevo acceso a los medios. Escandaliza comprobar cómo en muchos programas de discusión se requiere la presencia no de un especialista, si no de un "comunicador" que colabora con el director del programa para la producción de un espectáculo y no de un aula formativa o al menos informativa. Los programas mejores son relegados a las horas de poca audiencia y el aplanamiento de la cultura en las masas va adquiriendo caracteres alarmantes.

4.3. Los programas de humanidades en los estudios escolares.


Ya he expuesto que las humanidades en su sentido tradicional; es decir la literatura y las artes producidas en los periodos clásicos y que por ello son vigentes en la estética, la problemática y la forma en todas las épocas por estar construidas desde las cualidades y defectos constantes del ser humano, no han de constituir solas el contenido básico de la formación humanística natural en nuestra acepción. Humanismo es para nosotros también la más moderna astronomía y el deporte más singular. Las excursiones ecológicas y la limpieza del territorio, así como la enseñanza de las características básicas de lo que es el ser y especia humanas. La ecología se perfila así como la ética y morales mínimas del futuro, pero no basta, pues la ecología en su sentido originario apunta a las necesidades más primitivas y básicas humanas que son el contacto con la naturaleza. Mas el hombre es también cultura y precisa del contacto, conocimiento y disfrute de la misma con igual intensidad. Mas todo ello se encuentra también y además ya preparado, en las humanidades que se forjaron en el origen histórico de nuestra cultura. Son nuestras raíces y por  ello mismo dignifican y asientan al joven y adulto actuales. Nada por ello tan triste como la eliminación paulatina en casi todos los países occidentales de la formación y enseñanza de la cultura clásica. Una consecuencia más de pedagogos idealistas que quieren establecer en el delicadísimo campo de la educación revoluciones muy poco fundadas en el conocimiento. El conocimiento científico en lo psicológico y lo social es más inseguro que en las demás ciencias, tanto por la complejidad suprema del objeto, como por la distorsión ( cuántica nos dan ganas de escribir) que produce el propio observador sobre lo observado. Se añade a ello los efectos a largo plazo - de generaciones - y la dificultad de remediar los errores que se introduzcan, que hasta pueden llegar a daños irreversibles.

A mi entender estas y otras cuestiones pueden ser perfectamente investigadas y respondidas dentro del nuevo humanismo. Tantos perversos se encuentran en las filas de los creyentes como en los científicos ingenuos. La educación y la sanción moral de la sociedad orientada por la inteligencia, me parece, son y han de ser instancias sancionadoras suficientes precisamente por la legitimidad que acapararán ante la defensa del nuevo humanismo que intenta terminar con las luchas entre la cabeza y el corazón; entre el saber y el conocer y por fin entre las ansias de infinitud del corazón humano que moverán la creación de la belleza  en el mundo y la necesidad de la racionalidad y el conocimiento de lo más probable en nuestro acercamiento asintótico a la verdad en el devenir de la historia.




Esta situación nos permite gritar así:







I



Sordos somos a los sonidos puros
   de las águilas agrestes,
mas atendemos el esquilón hondo
del conocimiento inseguro.

¿ Acaso estuvisteis en mi parto  prematuro,
- cerebro noble, - de las cosas sucedáneo ?
Los colores y los vasos se deslizan  
en cabalgada indómita,
y tú, ángel custodio, me deparaste
el engaño de aquel sonido impercibido.

Pasa, sucede y se desintegra
el meteoro del mundo en frenesí,
mas la muerte obtendrá su victoria solamente
si se enreda en la circunstancia.

¿ O creéis, quizás, que la chispa del dios
salvará imperecedera a la carne ?
Estamos pegados al ahora
y el mundo trascendente es
quimera en el alma inmortal.

TU - también te deslizabas -
en senderos luminosos,
y los gusarapos del camino
te prestaban entendimiento....

Mas, amor, amor, amor, amor...
! Ay ! no lo tendremos,
y tu luz también se disipará
en las tinieblas sin sonido.






¿ A dónde vas ?
Estamos meramente;
Nos agotamos en las quimeras
que solo son  P A R A   S Í,
    y nada nos aportan.

Luces y sombras en fantasmas sin esencia,
acaparan el S E R.

N A D A  es, mas nuestra maldición
es seguir en el esfuerzo adolescente.

T U, sí eras.
Te cuando no estabas.
pensé, por un momento, que
conquistabas al  E T E R N O,
y yo seria fruto avalado por el dolor.

Mas - del sonido inexistente -
solo brotó el páramo consueto.

AY ! - El dolor de la belleza presentida.
  El ardor de la sangre pervertida.
  El deseo de la carne y de la mente consagradas
                     al aire de las cosas.

Mi alma solo gritaba impertinencias.
YO; YO; YO;
Perviviré en aras del grito.
TU; TU; TU;
testigo inatento y ausente;

Por la  V I D A
La M U E R T E   es tan  N A D A
    como  T O D O.










I I

¿ Adoleces de mentiras ?
Salvalas sin estridencias.
Ellas desmenuzan el sonido sin color.
Avanzan
donde tú solo posas.
Empujan, donde tú solo yaces,
y en la selva sin nombre
las flores desconocidas
son letargo de la meta.

¿ Para qué, entonces ?
¿ Te bastas en la búsqueda ?
¿ Te sobras en la ausencia ?
¿ Te llena el hueco vil que en tu corazón
             dejó la belleza o el amor ?

Y, sin embargo,
merece la pena,
pues la posibilidad improbable
          nutre la esperanza.



¿ A dónde vamos ?
- Solo somos -
- ¿ O estamos meramente -
deslizandonos al infinito ?


Tu desamor creó mi fantasia,
y en el recuerdo, las piedras fueron
dones y goces de mi alma.

Mas ya es tarde,
falta poco
 y hasta tu recuerdo adolece de lagunas.






I I I


¿ Qué nueva luz animó tu consciencia ?
¿ Un niño de oro  en lágrima irredenta. ?
¿ Una ley en ininteligibles formulas expresada ?
¿ La adivinación del S E R,
en pretexto de sabio sedicente. ?

¿ La aurora -  grácil - adornada por el beso,
o el ocaso - denso -
acariciado por el rumor de tu paso. ?

T O D O  me acercaba al infinito.
De su poder y luz chispecitas animaban cada día.

No fué en vano tu desprecio.
El avivó el S E R,
y mató al niño que creció
hasta solicitar al T U.
Era el saber sobre las cosas,
y el amor a su cualidad pura.

T U  -   te deslizabas -
Y O  -   pegado a las esencias,
descubría colores inefables,
y en vajilla de oro,
entoné la melodía de la vida.

Un alfiler, un cuadro, pluma anónima,
folio en blanco -
flor seca -
libélula sin fin -
ranita oculta -
 y pino errático -
en alma sin frontera.

Las cosas hicieron de mi universo
un átomo de realidad consentida,
y a su compás,
el Y O gozó de T U  existencia.




I V


El  S E R fué ido.
La N A D A se acerca al fiel abismo.
¿ Dónde estás ?
¿ Gozas en el recuerdo subprepticio de la innombrable ?
¿ Vanidoso, te escuchas en la canción inacabada ?
¿ O el mundo meramente te mantiene en la N A D A  habitual ?

No es lo mismo morir que estar muerto.
Muertos somos en todos los silencios,
desde las agarraderas de las cosas que no son.
Mas morir es el sufrimiento sin esperanza.

¿ Esperanza ?
¿ Acaso concebimos la redención incruenta ?
Tampoco el A B S O L U T O  nos tocó con sus dones;
y el arco iris posible fué tan solo fuego fatuo.

Mas la indiferencia de la verdad,
es nuestra fortaleza,
y en el desamparo de la razón,
brotan los nuevos perjuicios.
Solo el amor y la belleza justifican:

Decir te quiero es decir: TU no morirás.

Nuestro amor a las cosas,
nos convierte en irredentos padecedores.
que jamás llegan al límite.

¿ Merece la pena ?
Un beso justifica todo el universo,
y un dolo su aniquilación.

Entre el T O D O  y  la  N A D A
somos testigos meramente
de haber merecido la pena.





LECTURAS RECOMENDADAS


ARASA, F.: ¿ Adónde va el hombre ? Dossat. Madrid, 1982.


ATKINS, P.: La creación. Labor Punto Omega. Barcelona, 1981.


GÓMEZ BOSQUE, P.: En defensa de la dignidad humana. Fundación Ramos de Castro. Zamora, 1993.


HAKEN, H. Y WUNDERLIN, A.: La inspiración científica y los fundamentos de la sinergética. En: WAGENSBERG, J. (Ed.). Sobre la imaginación científica. pgs.: 15-33. Tusquets. Barcelona, 1990.


HAWKING, S.: La flecha del tiempo. Alianza. Madrid, 1991.


JIMENO VALDÉS, A.: Consciencia, conscienciación y psico-socio-patología. Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Valladolid. Valladolid, 1985.


KANITSCHEIDER, B.: Las ciencias y el Más Allá. Ideas para establecer una convivencia armoniosa. Folia Humanística 31, núm. 335: 497-516, 1993.


KANITSCHEIDER, B.: Von der mechanistischen Welt zum kreativen Universum. Zu einem neuen philosophischen Verständnis der Natur. Wissenschaftliche Buchgesellschaft. Darmstadt, 1993.


LINDSAY, P.H. Y NORMAN, D.A.: Human information processing. An introduction to psychology. 2ª ed. Academic Press. New York, 1977.


LORENZ, K.: La otra cara del espejo. Plaza & Janés. Barcelona, 1974.


McCARTHY, R.A. Y WARRINGTON, E.K.: Cognitive neuropsychology.


PRIGOGINE, I. Y STENGERS, I.: Entre el tiempo y la eternidad. Alianza. Madrid, 1990.



PRIGOGINE, I.; ALLEN, P.M. Y HERMAN, R.: Long terme trends and the evolution of complexity. Pergamon Press. New York, 1977.


RIEDL, R.: Biología del conocimiento. Los fundamentos filogenéticos de la razón. Labor. Barcelona, 1983.


WARNER, R. Y SZUBKA, T.: The mind-body problem. Blackwell. Oxford, 1994.


WEIZSÄCKER, C.F. VON: Die Einheit der Natur. Hanser. München, 1971.

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