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lunes, 4 de octubre de 2010

EL PAPEL DEL VARÓN EN LA FAMILIA ACTUAL

EL PAPEL DEL VARÓN EN LA FAMILIA ACTUAL.
Agustín Jimeno Valdés.

El director del Instituto Superior de la Familia de Valladolid ( Universidad Pontificia de Salamanca) ha tenido la amabilidad de invitarme a escribir un articulo para la revista  FAMILIA  lo cual tanto me halaga por una parte como me coloca en difícil compromiso por otra, pues  repetir las opiniones a la moda actual y que están en la mente de todos seria  poco fatigoso, pero estéril, mientras que colocarme en posiciones novedosas o poco ortodoxas respecto lo  políticamente correcto en  el momento actual puede acarrear polémicas en las que no estoy dispuesto en absoluto a entrar. Así que expondré meramente algunas reflexiones sobre el tema con la intención por supuesto de contribuir a una mejoría de la ya delicada situación de la familia y una orientación por lo tanto para quienes se encuentren inmersos en las dudas e indecisión.

1. Diversificación e igualdad.
Dicen los expertos que una de las ventajas evolutivas más importantes de los primeros homínidos que nos antecedieron en la historia filogénica consistía en la diversificación de los papeles del macho y de la hembra respecto al cuidado de la prole. El macho cazaba en equipo con los demás de su clan y en "casa"; es decir, en el hogar quedaban  las mujeres que cuidaban a los hijos y custodiaban el indispensable y mágico fuego. Ello los diferenciaba de otros antropoides que acudían en familia a la caza y que no disponían de un hogar fijo, ni fuego. Hembras y prole quedaban en el interior del corro que se formaba en el ataque, y así  gran parte de los esfuerzos y de la estrategia se "perdían" en la defensa de los más débiles  disminuyendo la eficacia de la caza. Por cierto que en  los leones son ellas las que cazan pero no se queda el macho cuidando la prole si no que organizan autenticas "guarderías" en las que una hembra mayor cuida de la prole de todas las que van a la caza. Eso sí, luego el macho es el primero y el que mejor  come, pues tiene que mantenerse físicamente muy fuerte para defender el territorio de caza y de vida.
            Ya sé que el párrafo anterior puede ser provocador si se lee con intención aviesa, pero, palabra de honor mía, que de momento no tiene intención alguna especial.
            Únicamente recordaré que los seres de este mundo pueden ordenarse según sus grados y niveles de organización y complejidad. Una piedra (que aceptemos hipotéticamente para el ejemplo que es de estructura sencilla) sufre pasivamente los avatares de la helada y el fuego del sol y es arrastrada pasivamente por las corrientes de agua que reforman su silueta de acuerdo con la mecánica de fluidos. No tiene actividad ni voluntad propia. Un ser vivo - inmensamente complejo, aun los más simples - buscará él mismo el agua, el sol o el frescor que precise.
            Entonces: ¿La cacareada igualdad e igualación entre el varón y la mujer en la familia es una ventaja o es una pérdida de complejidad de la misma y por lo tanto ostentación de debilidad ante posibles avatares?
            Por supuesto igualdad ante la ley, no faltaba más, y la capacidad de voto, y de abrir una cuenta corriente y de viajar y de no predominio legal de uno sobre otro en la familia, pero igualdad ¿qué y cómo igualdad? Además en todo grupo en el que existe interacción social es perfectamente sabido que acontece siempre (quiérase o no) una diferenciación de roles entre cuyas características definitorias se encuentran la responsabilidad hacia diversas tareas, el reconocimiento de autoridad o razón ante determinadas cuestiones o decisiones.
            Así que apeémonos del primer dicho a la moda: No se está produciendo ni se debe producir una igualación entre hombre y mujer en la familia sino una nueva diversificación de roles en cuyo proceso el hombre adopta algunos de los que tradicionalmente tenia la mujer y a la inversa. Se alude siempre a dos ámbitos: Uno de actividad: las tareas dentro o fuera del hogar. Otro los rasgos psicológicos.
            El hombre asume tareas del hogar, pero en general sigue siendo directora y "manager" dentro de casa la mujer. El hombre asume rasgos de personalidad ganando con ello en  sentimientos y su expresión sobre todo aquel tan imprescindible de la capacidad de ternura como expresión del amor. ¿Pierde la mujer sensibilidad y ternura? ( No tendría porqué y sería una pérdida irreparable): La especie humana camina - a pesar de guerras y genocidios - a la disminución de la importancia de la fuerza física y a la humanización ascendente en la cultura y en la moral. (Creámoslo como confesión de obligado optimismo)

            2. La mujer fuera de casa.
            En el trabajo, en el estudio, en la responsabilidad política. Yo creo que lo hace mejor, lo va a hacer mejor; puede que el destino de la humanidad esté en las manos de futuras gobernantes del mundo cuando consigan desplazar totalmente al belicoso, envidioso y orgulloso macho. Las guerras pueden acabar con toda la especie humana, o con toda la vida sobre el planeta. El hombre pues, no solo ya no es indispensable si no que seguramente estorba.
            Además: ¿No ha conseguido la mujer controlar totalmente su maternidad? ¿No es acaso posible que unos pocos varones anónimos suministren el semen necesario para que se asegure la sustitución generacional? Cada vez más mujeres desean y consiguen tener uno o varios hijos sin marido, sin pareja, sin compañero e incluso sin sexo. Solamente con el pago de una cantidad en una clínica para obtener la inseminación, además, de una semilla perfectamente controlada y de la mejor calidad de acuerdo con los deseos. Por supuesto han adquirido también las mujeres su independencia económica aunque no reciban pensión ni prebenda. No me cabe duda; todo  ello será cada vez más frecuente. Evidentemente el hombre no puede decir lo mismo, mientras que la incubación del huevo y el embarazo pueda hacerlo exclusivamente una mujer. ¿Es eso igualdad? (!qué terrible desventaja la del varón!)
            ¿Y qué ventaja biológica -cultural-evolutiva puede aportar el imparable e impúdico aumento de la homosexualidad masculina?
            Así que es el varón quien debe estar a la defensiva y adaptarse, pero ¿qué  puede y debe aportar una vez aceptada la pareja? y además ¿Por qué se ha producido este inmenso cambio social? y ¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes?
            El espacio y el tiempo son muy limitados y la trascendencia y extensión de las cuestiones inmensa, pero es mejor  quedar incompletos que autolimitados, permítaseme por ello adentrarme primero en algunos consecuencias de la situación que vivimos. No haré más que enumerarlas para que el lector medite.

            3. Consecuencias de la variación de funciones entre varón  y mujer.
Al aumentar la igualdad disminuye la diversidad de roles y por lo tanto la riqueza en los patrones de identificación que pudiera tener el niño o la niña respecto el padre y la madre.
            Al trabajar ambos padres fuera de casa se priva al pequeño de muchas horas de convivencia con los padres y por lo tanto de ocasiones de educación en el estilo y modo de esa familia concreta. Son cuidados por  personas extrañas o tienen que ser llevados - con meses- a la guardería. Confieso que el espectáculo de niños de meses (a los cuatro tienen que volver al trabajo los padres) que en frías y oscuras madrugadas de inviernos son arrebatados de sus cunitas, metidos en los cochecitos y llevados por las calles o en los fríos y peligrosos automóviles a las guarderías, ese espectáculo me parece triste y deprimente, por  no decir inhumano.
            ¿Qué se quede uno de los dos en casa? Puede ser. En todo caso quien se queda en casa tiene con frecuencia muchas más posibilidades de estar atento a la noticia en la radio o a la formación diversificada, que quien dedica la mayor parte del tiempo a una sola tarea laboral quizás monótona y embrutecedora o si no es así  la mayor parte de las veces  aburrida. Superemos pues  un tópico más.
            El motivo de trabajar los dos fuera de casa no es en principio  económico, pues a veces los gastos a que obliga superan a los ingresos conjuntos. El trabajo fuera de casa es sin embargo, junto con el control de la natalidad, el aspecto más incisivo e importante de los tremendos cambios sociales en esta institución esencial que es la familia. Entonces ¿Por qué?

            4. El padre en casa y la patria potestad.
            Es una opción o una necesidad en muchos casos. Importante es que esté dispuesto a ello si es preciso y que cumpla bien la tarea. Una sin razón en el régimen tradicional es el concepto de patria potestad que alude tanto al patriarcado consuetudinario y que sin embargo en caso de separación suele adscribirse a la madre. Hoy el término se sustituye por "custodia legal" más apropiado. Ahora bien si el padre asume parte o todas de las funciones antiguas de la madre incluida la capacidad de abnegación y ternura, ¿Perdería la madre entonces en igual cuantía estas cualidades psíquicas y estas capacidades legales? En todo caso la grave cuestión obliga por parte de la sociedad y sus interpretes los sistemas legales y jueces a una apreciación mucho más exacta e individual, porque con cada vez más frecuencia puede suceder que la madre arrebatada en el desempeño de profesiones absorbentes o en el disfrute de libertades tanto tiempo negadas a su sexo, atienda cada vez menos al cuidado y por lo tanto sería inadecuado que se le adjudicase la tutela. Hablamos naturalmente desde una perspectiva mostrenca y sociológica que deberá precisarse en cada caso. Tenemos conocimiento con frecuencia de sentencias injustas en este punto que dejándose llevar por un juicio rutinario no sopesan las cualidades del padre que pueden ser en muchos casos superiores a las de la madre. Ya existen asociaciones de padres separados y con sentencias recurridas respecto a los regimenes de visitas y custodia.

            5. El feminismo en segunda lectura y el doble papel de la mujer.
            Desde las sufragistas del siglo XIX a los libros tardíos de Betty Freedam, por ejemplo, ha transcurrido un abismo y una enmienda. La "liberación" de la mujer comenzó por el acceso a la cultura y a la economía. De acuerdo: Liberación significa libertad: poder elegir por lo tanto y sin formación, ni profesión ni dinero no se puede elegir. ¿El motivo? La propia decisión; el propio derecho; en suma la propia dignidad de la mujer. Totalmente de acuerdo. Más desgraciadamente el varón no parece suplir en muchos casos los huecos que deja la mujer. Hoy día la mujer liberada afronta dos responsabilidades: la del trabajo fuera de casa y la dirección (aunque sea ayudada más o menos por el "otro") en la casa. Esta situación es a veces agobiante e insuperable y constituye el campo dialéctico actual más importante en la convivencia. Aquí solo puede aconsejarse la distribución especifica de tareas (que no de roles) y la aceptación libre y responsablemente de cada uno de aquello que se haya acordado. ¿Poniéndolo por escrito y firmándolo? ¿Porqué no? Así que muchas han abjurado del doble papel de "superwoman" responsable del atroz estrés y piden solamente la capacidad de elección. Por ejemplo la elección de elegir la casa sin presión: una empresa compleja si hay pocas y de las que depende la felicidad de muchos y que permite las más altas cotas (por favor no se rían si no que meramente piensen) de realización de la cultura o del arte. ( ¿ O es necesario recordar el papel de los salones femeninos en la divulgación y al fin dominio del pensamiento culto y liberal en el siglo XVIII y del cual surgieron todas las revoluciones que acabaron con los antiguos regímenes políticos  en Europa?
            ¿Y el hombre responsable único de la casa? ¿Porqué no? Pero entonces ¿No estaría sufriendo la discriminación y detrimento que antes sufria  la mujer? Entonces seria también injusto; ¿o no?

            5. La razón de las sinrazones.
            A mí como observador desde la cotidianeidad de mi trabajo como psiquiatra, como docente, y como ciudadano, me parece que en todo ello obran y han obrado además (repito además de la razón histórica legítima del acceso de la mujer a la cultura ) otras fuerzas ocultas que podrían ser las más decisivas.

            Hace muchos años en mi época de estudiante y dentro de una furiosa dialéctica por estos temas en un ambiente de cultura y libertad inmensas que tuve la suerte de disfrutar, una inteligente compañera decía.
 "La guerra de los sexos y la lucha por la igualdad no es más que una consecuencia del desamor. La mujer que se siente amada por un hombre y completamente segura de él no tiene interés alguno en la igualdad, ni mucho menos en la igualación".
            El mismo mensaje he oído después innumerables veces y en los más diversos ambientes y lugares. Y si otras tantas veces no lo he escuchado explícitamente he podido comprobarlo en la apodíctica prueba de su realidad en la vida de tantas parejas y familias totalmente felices, totalmente eficaces en las diversas misiones de la familia, y  en las que todos los participantes hacían gala de la cultura y de "las necesarias autolimitaciones de la libertad bajo imperativos éticos que precisamente garantizaban aquella más perfecta estructura familiar". Pero, ¿acaso sucede  que la mujer en el sentido ya sociológico general ha perdido esta seguridad en el amor? Conteste cada uno en su interior, donde habita la verdad. (San Agustín)
            Así pues, para mí que lo  patológico en muchos de los aspectos indeseables que toma la evolución de la familia actual son producto precisamente del desamor que produciendo la inestabilidad del matrimonio fuerza histórica y subconscientemente a la mujer al acceso al "poder" que antes ostentaba solo el varón. El poder, en suma, de tener, criar y educar a los hijos con total eficacia (en la cultura, en la economía, en el tiempo ... ) aún en ausencia de "otro".

            Conclusión:
            Ahora es muy fácil terminar afirmando una conclusión  clara que llega a lo que ya sabíamos pero confirmándolo con nuestras reflexiones:
            El papel del padre básicamente es también dar amor; y en el amor seguridad para ahora y para el futuro; y en el amor sustento material y espiritual; y tiempo y conversación y comprensión y ayuda.... y el discurso parece antiguo porque es antiguo y porque está avalado por miles de años de historia al margen de los experimentos y desviaciones que producen las más de las veces sufrimiento. Quién trabaje fuera y quién dentro de casa, quién firme los cheques, o quien llame al fontanero es indiferente; debe hacer cada cosa quien sepa y pueda hacerlo mejor; el caso, es claro, que se haga. Mas siempre habrá quien asuma  estos experimentos  que quizás son también necesarios en una sociedad en acelerada marcha, más no seré yo quien se lo recomiende a ninguno de los pacientes lectores.

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