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martes, 24 de septiembre de 2019

Capítulo VIII-4ª Parte

viernes, 1 de octubre de 2010


CAPÍTULO VII-4ª Parte

Capítulo VII.
Parte cuarta.

De los abandonos de unos y de la Antipsiquiatría al rojo vivo.

1. Pródromos y prolegómenos.

Apenas se había ido acallando el Conflicto de “El Correo Gallego”, aunque nominalmente la querella continuaba abierta, cuando comenzaron los conflictos siguientes, que por lo tanto en parte se superpusieron con los anteriores. La verdad es que problemas parecidos surgían por doquier en España propiciados por los factores que ya he reseñado; el fin inminente del régimen político; el aumento de actividad, plantilla y funciones de los centros sanitarios públicos y la puesta en marcha en los hospitales mayores de un sistema reglado de formación, de momento en manos de cada centro, y que anunciaba la regulación estatal posterior conocido como sistema MIR.
Ya en Enero del 74, he reseñado que 4 residentes nuestros fueron brevemente detenidos por acusárseles de estar en posesión de propaganda ilegal, pero en y por entonces la policía y delegados del gobierno (gobernadores civiles) eran bastante tolerantes a estos efectos y también respecto reuniones políticas, siempre que no perturbaran el orden público, por lo que la acusación fue pronto sobreseída.
A principios de Octubre de 1974 de nuevo nuestros residentes protagonizan un breve paro de solidaridad con un grupo de Madrid en el que se había exigido un certificado de buena conducta para el acceso a sus puestos en los Hospitales. El certificado de buena conducta, junto con el de penales se exigía con frecuencia para el acceso a puestos públicos. Era un documento curioso, que señalaba la confesionalidad del Estado, ya que lo emitían los párrocos a demanda, y aunque al final eran bastante laxos y se convirtió en puro trámite mientras no existieran anomalías manifiestas, de suyo debían evaluar también el cumplimiento de las obligaciones religiosas. Evidentemente los sentimientos emergentes de la ciudadanía se oponían al control de las conductas a partir de instancias distintas a las de los códigos jurídicos vigentes.
Alcanzado un acuerdo sobre la forma y manera de selección de los médicos residentes que de momento quedaban sujetos a comisiones propias de cada centro, en Noviembre se produce una nueva mini crisis y paros de solidaridad por la prohibición y supresión en Madrid de unos cursos de Psicoterapia Familiar en las que a buen seguro se estarían ventilando ya temas políticos Este conflicto de los MIR se prolongó con diversas intermitencias hasta el otoño de 1975 influyendo de forma importante en el comportamiento de nuestros MIR en Conjo cuyo conflicto sin embargo fue mucho más extenso y con otras motivaciones añadidas, como iré describiendo.[1]


2. Sobre indumentarias y estilos. Las esencias y las formas.

Avenida desde el claustro antigua al edificio principal
En el interior del Sanatorio se iban notando poco a poco cambios de estilos y formas, primero sutiles, luego manifiestas, por fin, agresivas.

Un dicho popular dice que el hábito no hace al monje, pero no hay nada más falso. Hábito y monje mantienen una relación dialéctica en la cual uno mantiene y conforma al otro siendo ambos imprescindibles para el mantenimiento de aquella interrelación sustancial de la que emerge la nueva estructura y configuración. Y ello en todas las formas y esencias de la Naturaleza, pero tanto más en la humana. Este titulo en recuerdo de aquel gran y elegante señor de nuestras letras y pensamiento que fue Eugenio D,Ors, abre la meditación y recuerdo sobre esta cuarta parte de mis memorias sobre Conjo y que describirán lo que he definido como segunda guerra, segunda crisis o los ataques desde la izquierda
Todo comenzó por el abandono paulatino de las batas en el trabajo. Era una moda al principio, por no decir otra cosa, de los movimientos reformadores psiquiátricos, pero luego el prescindir de la bata se convirtió por sí mismo en un hábito de monje; un hábito de los que desde la Reforma medica apuntaban a la reforma política, desde luego haciendo de su capa un sayo. Hoy en algunos centros europeos todavía se practica esta costumbre como he visto por ejemplo hace poco en Suiza, pero tiene el origen en la antipsiquiatría con su tufo contracultural y aunque no tendría nada que ver y que propugnando la igualdad (palabra odiosa en lo ideológico, pues es base de la injusticia, e imposible en la realidad ) intentaba destruir los supuestos status prepotentes de médicos o de enfermeras. Hoy día es sabido que eso precisamente confunde más al esquizofrénico que tiene dificultades en la elaboración conceptual. Los residentes se distinguían especialmente por llevar casi todos barba, ir bastante sucios, calzar botos camperos, por supuesto vaqueros sucios continuamente y hacer gala de mala educación no saludando, no levantándose, poniéndose en poses desganadas y mal educadas en las reuniones, hablar desorganizadamente y de vez en cuando gritar o insultar exaltadamente.

Y tanto más se podía decir cuanto aquellas indumentarias iban obteniendo características muy significativas. Desde luego adiós total a corbatas y chaquetas. Adiós a camisas más o menos normales y abrigos al uso. El uniforme más frecuente fue el poncho. No sé porqué, pero empezaron a llevarlo auxiliares y asistentes sociales de la nueva ola y el nuevo ataque que se avecinaba. Lo siguieron los residentes y luego los médicos en el sector dos y tres. Al principio nos parecía absurdo sin entender su significado. En aquel trabajo se manchaba uno bastante pues cualquier mesa, silla o pared podía estar un poquito pringada de cualquier cosa. Luego nos dimos cuenta o me di cuenta, que aquellos ponchos al parecer anodinos eran de la mejor cachemira o de alpaca o de llama y mucho más caros que mis sencillos jerséis que ordinariamente he llevado siempre debajo de la bata pues las chaquetas eran en este uso bastante incomodas. Seguían así una cierta moda de estilo suramericano. Y aquellos botos camperos resulta que estaban cosidos a mano y también eran bien caros, al menos algunos.
Quizás merece la pena en este momento recordar unas curiosas escenas a las que yo no asistí pero que se comentaron largamente y que se desarrollaron con ocasión del Congreso de la Sociedad Española de Psiquiatría por aquellos años, y cuya fecha precisa no recuerdo. Presidía el Congreso el por aquel entonces encargado de la cátedra de psiquiatría en Valladolid Prof. D. Santiago Benito Arranz. Los ánimos se fueron, parece, calentando en este mismo estilo supongo que voy describiendo de Conjo, pues era el espíritu de la época – el Zeitgeist – Se presentaron dos candidaturas a las Juntas directivas que conminaron en que la que al parecer quedaba relegada organizó en una sala de al lado el llamado anti o contracongreso, pues ello ha sucedido en varias ocasiones ( como el asesinato ritual del padre descrito por Freud) Como en sacudidas impredecibles algunos o muchos, uno a uno o en pequeños grupos, participantes en el congreso oficial se levantaban de un salto de sus butacas, se arrancaban la corbata, se despojaban de la chaqueta y pasaban a engrosar las filas del congreso paralelo. Así todo el mundo tuvo que decidirse y así se mostró como el psiquiatra como specimen de nuestra raza queda sometido a las mismas vicisitudes de la evolución de la vida y la historia. ¿En algún lugar estará escrita la historia de esta reunión histórica, valga la redundancia?. Si alguien que me lea lo conoce ruego que me comunique el dato. De ahí surgió una nueva sociedad disidente de la anterior también de vida activa e importante y que todos los psiquiatras conocen, por lo que no necesito citar su nombre y que agrupa a los que entonces se llamaron progresistas y que alberga a los defensores del origen más bien social de la enfermedad mental (con lo cual se refieren) prácticamente solo a las esquizofrenias) y derivando los otros hacía las posiciones de la psiquiatría biológica. No ha sido la primera vez, que en la Historia de la medicina ni de la ciencia han ocurrido estas luchas de escuelas. Pueden citarse hechos parecidos hasta en los congresos de mecánica cuántica a principios del siglo XX. Sin embargo todo ello señala más bien insuficiencia de conocimientos agravados por su sustitución por ideologías banderistas.
Se cultivaba, así pues, desde las mismas sociedades científicas, el desaliño, pues ya no era solo abandono si no promoción del despeinado y la simple suciedad.
Proliferaron efectivamente las barbas al estilo de Karl Marx es decir, selváticas e indómitas. Eso sucedía a la par, según poco a poco nos dábamos cuenta, en todo Santiago, sobre todo a partir de los estudiantes que comenzaron a vivir y a reunirse alrededor de la llamada, está claro porqué, Plaza Roja. Ello contrastaba bastante y definía la estructura social de la ciudad, contrastaba, digo, con el Hostal de los Reyes Católicos en la maravillosa plaza del Obradoiro y que catalizaba lo que los otros sin definir muy bien, clasificaron como burguesía. (Burguesía ¡La autentica creadora de la libertad en las ciudades y de las leyes comunes primero bajo patrocinio real y luego bajo los parlamentos laico democráticos….! Claro está que a las izquierdas debemos las buenas coberturas sociales, pensiones, y estado de bienestar; lo que muestra la necesariedad dialéctica de la presencia y alternancia en el poder de los contrarios ) Esas barbas desbarbadas y aquellos desaliños malolientes, he de recordar que perduraron mucho más en Galicia, quizás por su condición finisterrana, que en otras partes, por ejemplo en Valladolid, comprobando una vez fui ya profesor aquí, que los estudiantes abandonando aquellos hábitos en cuanto se implantó el MIR y numerus clausus, se dedicaron al estudio y diversión, ajenos a las utopías tardocomunistas y telemanipuladas.
Este estilo y moda se fue transmitiendo también a las familias de los afectados por aquel virus. Con sorpresa vivimos, pues al principio nos visitábamos bastante, el desaliño también de esposas y familiares, y luego el deterioro mismo de las viviendas y las decoraciones. En todo caso se fue decantando todo aquello en la ineluctable necesidad de que “cada oveja con su pareja”.
Las reuniones oficiales, como la Junta Facultativa también se hacían dificultosas pero es de reseñar que los médicos de mayor categoría de los otros equipos conservaron respecto a mi, al menos, la adecuada relación y forma.
Paralelamente se fue produciendo una pérdida muy marcada y curiosa de los perfiles de los diversos roles profesionales lo cual, desde luego era mucho más grave. A los residentes que eran cuatro por equipo, les empezó a encantar a distribuir la comida en el comedor; a ayudar a vestir, pero menos lavar, a los pacientes. Y auxiliares más o menos formados en los cursillos empezaron también a opinar primero y a intervenir después en las decisiones sobre medicación, altas, permisos y demás. Por supuesto la psiquiatría de sector y equipo exige el comentario de cada caso y de cada decisión dentro de las reuniones obligadas de equipo, más cada uno debe mantener decisión y responsabilidad dentro de su campo firmando en su caso las órdenes, informes o lo que procedan de acuerdo con su estamento. Aún así mi actitud era liberal; es decir, no del lucha si no de dejar que cada uno se hundiera en su propia ignorancia; así un jefe de sección, luego psicoanalista en una vieja ciudad castellana, me dijo que ellos querían asesinar al padre, pero como nadie aceptó ese rol de padre, y menos yo, atacaron al vacío y personalmente se hundieron en el precipicio de la ignorancia. Este aspecto tampoco ha sido muy destacado. Toda una generación o varias de residentes que quedaron sin formar, sin saber nada, nada de psiquiatría y obligados por lo tanto a seguir manteniendo la parola ideológica. Por supuesto cuando en nuestro equipo sobre todo no se acataban aquellas ordenes extraprofesionales comenzaron también a insultarnos con aquellos manidos y aburridos epítetos de médicos represores y todo lo demás, pero lo malo es que ello no solo se transmitía o decía en voz baja si no que empezó a presentarse en panfletos, pasquines y pancartas, de momento pequeñas, que aparecían en tablones de anuncios, en mensajes no solicitados y poco a poco y más tarde en anónimos.
La pérdida de formas fue también importante en el lenguaje, que se hizo cada vez más soez y descortés utilizándose este recurso como forma de agresión en reuniones y entrevistas. Existía desde luego la tendencia o más bien consigna de utilizar cada vez más el gallego, pero dado que muchos o la mayor parte de los protagonistas de estas movidas que relato no eran gallegos y que en Santiago entonces se hablaba poco el gallego, y es más, que el aldeano digiérase lo que se dijera más bien hablaba un castrapo fácilmente comprensible, que el gallego de libro que comenzaba a enseñarse en la ciudad… el gallego, digo, no se utilizo mucho en aquella época en el habla pero sí en la escritura. Así panfletos, consignas y denuncias que se fueron produciendo fuera y dentro del centro fueron utilizando el gallego.


3. Conflictos y pretextos. El Conflicto de las encargadas de unidad.
La mayoría de las encargadas (o supervisoras de unidad) procedían de Oviedo y habían venido a Santiago con Montoya. La verdad es que nunca me enteré si habían sido despedidas en Oviedo o se habían despedido ellas mismas. Encargadas de unidad son desde luego imprescindibles. Organizan los turnos, se responsabilizan del material, supervisan también claro, las actividades, puntualidad etc. del personal y son enlace con la jefatura de enfermería y a través de ella con los directores. En todos los hospitales existen. Se trataba de personas con una alta vocación; con un gran espíritu de trabajo e identificadas totalmente con la reforma autentica; es decir, médica. Así que por una parte se vieron avasalladas por los movimientos que llamamos revolucionarios que se apoyaban en las masas y en el asambleismo y por lo tanto en el conjunto de los auxiliares. Esto lo sufrían tanto más en el sector dos y algo menos en el tres, según las actitudes de los correspondientes jefes de servicio.
A partir de esta disputa precisamente me fui dando cuenta de donde estaba. Se trata de lo siguiente: El jefe de servicio del tres, tenía una magnífica formación en psiquiatría comunitaria y asistencial adquirida en los mejores centros del Reino Unido y hasta un cierto momento defendió y aplicó siempre una ortodoxia asistencial. Naturalmente que en esta ortodoxia asistencial se afirmaba la necesidad de la función de encargada de unidad. Pues bien, ambos jefes de servicio del dos y el tres comenzaron a negar la necesidad de que hubiera encargadas de unidad. El asunto se suscitó, creo recordar, en un momento en el que había que proceder a seleccionar algún puesto vacante de encargada, por lo que habría que promocionar a alguna auxiliar preexistente por así decir. Diré que en primer lugar me sorprendió que se negase ese puesto; después me escandalice al comprobar que se tergiversaba o torcía el principio de ortodoxia asistencial en aras de otros fines y motivaciones políticas. Política desde luego no asistencial si no política sindical. Este tipo de escándalo me recordaba el que sufrí cuando a mis 17 años me di cuenta de que mi maravilloso profesor de ciencias naturales en el Colegio de San José, negaba ( o al menos me negaba a mí ) la evolución biológica por razones religiosas e ideológicas aunque, yo pensé, que él estaba convencido de la realidad de la evolución biológica desde el punto de vista científico. Así ahora se negaba el deber deontológico y moral de la mejor asistencia a los enfermos en pro de las consignas sindicalistas. En realidad se trata de la manida y no difícil cuestión de las relaciones entre el fin y los medios.
El asunto fue tema importante en las protestas y asambleas a lo largo de la primera mitad de 1975 hasta la crisis final de Julio de dicho año.

¿Y que podían tener en contra estos incipientes sindicatos, contra la promoción del personal?
Las razones podían ser varias, aunque naturalmente yo nunca estuve metido en aquellas disputas.
En primer lugar el interés en formar una masa dócil, no jerarquizada.
En segundo lugar la tendencia ideológica igualitarista bajo las palabrerías de la responsabilidad compartida en el grupo con la consecuencia de la anulación de la responsabilidad individual, léase la facilitación del sometimiento a los activistas.
En tercer lugar la mayoría de las personas capaces par esos puestos eran de ideología opuesta a los que llamo ultrarreformistas o antipsiquiatras más o menos revolucionarios, o por lo menos, y dada su mayor categoría personal, menos proclives a dejarse manipular. Por lo tanto no les interesaba la promoción de estas personas.
El asunto se arrastró durante mucho tiempo durante el cual los activistas pudieron bloquear los procesos de selección y posteriormente nombramiento. Aducían que las E. de U. impedían el trabajo en equipo tendiendo aquí al manido igualitarismo como forma entre otras de dominio; es decir, parasitación, en mi nomenclatura, de las estructuras organizativas. Paralelamente exigían que las comisiones de selección fueran paritarias. Es decir, que formaran parte de ellas el mismo numero de personas de la misma categoría ( o a veces inferior) que el cargo a seleccionar, el mismo número que de directivos. Normas de este tipo, la verdad sea dicho, se reflejaron en normativas posteriores y actuales de la Seguridad Social en cuyas comisiones de selección figuran siempre enlaces o representantes sindicales. Estos mismos días con ocasión de la discusión del nuevo estatuto profesional del Sacyl, se debate la extensión y nombramiento de cargos directivos o de confianza que el Sacyl extiende por ejemplo a los jefes de servicio que según la parte médica deben nombrarse exclusivamente por sus méritos profesionales. Es curioso que ahora hasta se nombren personas, sobre todo para suplencias, según su orden de antigüedad en la petición o situación de paro. No cabe duda de que si estas normas se perpetúan o se amplían la decadencia de la asistencia y la disminución de la calidad, a la par que la politización y amiguismos interesados será cada vez mayor. También se discutían las exigencias previas para acceder al concurso que fijaban el tiempo mínimo de permanencia de la futura E. de U. en puestos anteriores de auxiliar.
En todo caso respecto las encargadas de unidad llegó a celebrase una selección pero no pudieron ser nombradas hasta después de la grave crisis del verano de de 1975. Ello muestra el poder que llegaron a alcanzar los que denomino también eufemísticamente “activistas”.
Por aquella época, según nos fuimos enterando después, comenzaron a menudear reuniones más o menos clandestinas fuera del hospital y a las que acudían estas masas de auxiliares reclutadas últimamente. Debían prolongarse las reuniones hasta altas horas de la noche por lo que al día siguiente solían llegar muchas cansadas y soñolientas al trabajo. No censuro las reuniones si no llegar tarde. Reuniones clandestinas, la verdad es, había poco a poco por todas partes al irse aproximando la presentida muerte de Franco. La Iglesia, previendo inteligentemente como siempre el futuro albergó con frecuencia en parroquias y conventos estas reuniones. Estamos en 1974 y primera mitad de 1975. Parece ser también que muchas conquistas para la causa se hicieron en la cama y que las cariñosas jovencitas gallegas que constituían la masa de las auxiliares recién reclutadas, sucumbían ante algún semental llegado, parece, del Levante.
El problema de las encargadas de unidad quedó, de momento, en tablas, o sea pudriéndose, o sea en la situación menos adecuada. Unas unidades - o salas - tenían encargadas ya de antes y que permanecían. Otras quedaron sin encargadas. Existía un supervisor general o jefe de enfermería; mejor dicho dos. Procedían también de Oviedo y eran marido y mujer. De ambos guardo un magnifico recuerdo. El se llamaba Sr. Carpio. No conozco cual habrá sido su trayectoria biográfica posterior.


4. El electrochoque como forma de tortura.

Paseo por el exterior del Edificio Principal o Central
El electrochoque sigue produciendo aun hoy día un cierto o mucho miedo, salvo en los pacientes y sus familias, claro está, que han visto mejorados sus síntomas a veces de forma casi milagrosa. Los pacientes sin embargo prefieren hablar de “corrientes” como también se denominaba antiguamente en lenguaje vulgar a esta técnica. Hoy día se denomina T.E.C.; es decir, tratamiento electroconvulsivante. No es oportuno que yo aquí imparta una lección sobre el TEC. Sus orígenes, su utilización durante decenios, su eficacia y sus indicaciones o contraindicaciones. He explicado el tema en los cursos ordinarios de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Valladolid más de 25 veces en otros tantos años académicos y con frecuencia además hago una pregunta sobre el tema y lo hago con una intención sanamente didáctica consistente en impedir que alguna vez más un prejuicio acientífico y parasitado por una ideología al servicio de otros fines, condicione el empeoramiento o aún la muerte de un paciente por no haberse aplicado debidamente.
Es verdad que en una cierta época el TEC se aplicó abusivamente; que la indicación a veces tenía aspecto o características de castigo, y que la forma de aplicación era un tanto cruenta y aun si queréis, espectacular aunque desde luego mucho menos peligrosa que otras muchas intervenciones y terapéuticas médicas. Yo suelo recordar aquí que el desfibrilador cardiaco aplica una corriente de 40 mil voltios sobre el corazón y nadie se escandaliza y menos el resucitado con este “calambrazo”. Los posibles abusos sucedieron en la fatídica situación manicomial. Desde luego era también antiestético, sobre todo porque subconscientemente se lo comparaba con una ejecución en silla eléctrica y porque además no se utilizaba anestesia ni relajación. Eran las técnicas clásicas o antiguas.
Por si fuera poco una serie de películas y novelas, entre las más famosas aquella de “Alguien voló sobre el nido del Cuco” se dedicaron a criticar con virulencia furibunda el procedimiento. En Estados Unidos donde brilla con frecuencia el espíritu fanático-puritano, fue prohibido en algunos Estados. Recuerda este asunto la situación actual respecto la doctrina de la Evolución Biológica que también ha sido prohibida en las escuelas de algunos Estados para ser sustituida por un engendro ideológico-dogmático denominado el “Diseño Inteligente” ¡Cuándo ya San Agustín había admitido que los días bíblicos no tenían que ver con los actuales y que señalaban eras históricas de extensión indefinible en aquel momento pero que claramente enseñaban que los diversos seres del mundo fueron apareciendo a lo largo del tiempo……!

En esta situación y en aquellos años por lo tanto, el movimiento antipsiquiátrico declaró la guerra al TEC. No por razones científicas si no por ser símbolo de diferenciación entre las distintas banderías de psiquiatras. Por supuesto no se realizó ningún estudio científico; ni se comparó con otros tratamientos.
Quizás es este el momento de escribir alguna palabra sobre la antipsiquiatría. Recuerdo inmediatamente a Ortega Gasset que se declaraba enemigo de ser “anti nada” si no siempre “a favor de”. La antipsiquiatría es hija de los movimientos anticulturales, antiburgueses, y anticapitalistas de los años 60 y 70 que cristalizaron en lo teórico en la escuela sociológica de Frankfurt y en lo práctico en las revueltas estudiantiles de mayo del 68. Remito al capitulo de estas memorias correspondiente a mi estancia en Giessen donde con algún detalle describo el significado de la Escuela de Frankfurt y su repercusión en la psiquiatría.
En Alemania produjo flecos terroristas y en Italia, sobre todo bajo la culpa de Basaglia, el cierre o lock out de todos los hospitales psiquiátricos. Era una pena comprobar en las reuniones de la OMS de las “Áreas Piloto de Psiquiatría para Europa”, como Italia conseguía los peores puestos al eliminar – estadísticamente – a todos los pacientes que salían del cómputo sanitario para ingresar las filas no del proletariado social, si no de los indigentes caídos en la cuneta del desarrollo. Pues las autoridades sanitarias recogieron la iniciativa con gran gusto al ahorrarse el mantenimiento de hospitales y de miles de camas.
Curiosamente todos sabíamos además que el TEC se seguía utilizando en la medicina privada. En la medicina pública se negaba el TEC, pero se remitía a veces a los pacientes bajo cuerda a los centros privados que también en Santiago existían, como la famosa clínica del Dr. Lois. Hoy día y permítaseme el comentario persiste, al menos en Castilla León una situación parecida respecto otro tema: Respecto enfermos de larga duración y mal pronóstico, o también enfermos peligrosos, como se denomina eufemísticamente a los crónicos y que son rechazados en los centros públicos, para ser admitidos en algunos privados que suplen el hueco, cobrando las tarifas correspondientes.

Unas contradicciones "in se"* análogas a los que iban en coche a manifestarse contra las autopistas. Sucedía por entonces en Galicia porque, según decían los progresistas de turno, las autopistas " rajaban" el paisaje. (E impedían el paso de las carretas....) Sucedía como en las vestimentas de los grupos de agitadores, que desdeñaban la camisa y corbata pero compraban, como ya he descrito, carísimos ponches. O sustituían los zapatos corrientes por sofisticadas botas camperas hechas a mano. No podían por menos que darme risa además, las consecuentes reflexiones ideológicas, que quizás en algún momento haga respecto al curioso fenómeno europeo del papanatismo hacia los doctrinas comunistas en algunos grupos de la llamada inteligentizia europea, cuando paralelamente delante de las mismas narices estaban el muro de Berlín, los huidos de las rebeliones del 17 de junio en Alemania y del 56 en Hungría y de los demás paraísos soviéticos tras los 70 millones de asesinados en las purgas de Stalin ( muy superiores a las de los Nazis sobre los julios ) Pero claro está. Yo había vivido en Alemania y sabia mucho y muy bien por los huidos del Este, y por las visitas a Berlín, donde los jóvenes pegaban la oreja al muro para escuchar la decadente música occidental o lloraban de pena porque no podían salir de su gueto y viajar libremente.

Pues bien en una entrevista amañada. me preguntó un periodista qué opinaba del TEC. Al día siguiente apareció en el periódico “El Ideal Gallego” el 9. de Abril de 1978: “El Electrochoque: Una tortura Refinada como Terapéutica. En grandes letras y en plana principal y sin firmar. Ya en las primeras líneas me cita por mi nombre y mis palabras con ocasión de una rueda de prensa mantenida con ocasión de la inauguración de un edificio nuevo de admisiones en Conjo. Tomaba a escarnio el periodista mi contestación de que debe aplicarse en los casos indicados. El ilustrado articulista escribía textualmente:
¿Pero cómo discernir tales casos cuando la ciencia psiquiátrica aun no se ha puesto de acuerdo sobre el mecanismo de acción de esta “terapéutica”?
A continuación y a tres columnas describía someramente el origen del TEC y largamente y de la forma más truculenta posible cómo se hacía pasar la corriente por la cabeza, como se producen las terribles convulsiones, como se producen las fracturas etc. No creáis que lo denuncié, más bien me dio risa y pena a la vez, agradeciendo lo que aceptaba como un aprendizaje para clarificar una vez más mis ideas. Este articulo por lo demás muestra un fenómeno hoy día muy común y que se ha ido imponiendo en los medios de comunicación que ilustran a nuestros conciudadanos machaconamente. En vez de acudir a verdaderos expertos, se pregunta siempre de cualesquiera cuestión a personajes o personajillos del famoseo y así vamos y nos va. Claro que es peor la seudociencia que también existe y el científico fanático y aun el que deliberadamente engaña. Existe como en todas partes.
Esta entrevista nótese por la fecha se produjo poco antes de mi marcha de Santiago, cuando yo era director medico y puede englobarse en la campaña y ataque que siguió a las huelgas y las expulsiones consiguientes que aun debo referir. Respecto al TEC ya por aquellas fechas existían trabajos tanto extranjeros como los de Reimer en Alemania y Barcia Salorio en España que mediante encuestas a los profesionales llegaron a la conclusión de que siempre se siguió utilizando sobre todo desde que se introdujeron las técnicas de relajación monitorizada y que siempre estuvieron muy claras sus indicaciones vitales en la depresión melancólica grave y en la catatonía aguda, entre otras.
El asunto del TEC fue también ampliamente instruido en los cursillos de formación que dábamos, mejor dicho daban, pues yo participé poco, a los celadores en transformación o los nuevos auxiliares de enfermería. De forma muy inteligente, para ellos, y abusando, claro está, de nuestra ingenuidad, el sector politizado-reformista, fundamentalmente el dos, se hizo cargo de esta formación que devino sobre todo en formación política preparando la creación del nuevo sindicato galego de Sanidad, entonces ilegal, que con otras fuerzas promovió las huelgas que seguirán. Aparte de esto aunque quizás promovido por los mismos, circularon por el centro de forma incontrolable diversos panfletos bajo el epígrafe de:

“Seminario de Formación Xeral para unha Alternativa Psiquiátrica Galega.”

El numero 5 por ejemplo se refiere al “Papel Represor de los Medicos” por lo que se supone que en caso de enfermedad debe el aldeano gallego acudir a su manciñeiro local preferentemente y así la Seguridad Social podrá ser totalmente desmantelada. Como todo esto es autentica historia y estoy cultivando la Memoria Histórica tan valorada hoy día transcribiré sin más comentario algunas frases de este “Seminario”:

TEC…descubierto por Cerletti nun matadeiro de porcos, o darse de conta que os porcos que non morrian, a o paso da corrente, amosaban un comportamento diferente.

Estos “tratamientos” consisten en provocar enfermedades, crisis epilépticas mediante a corrente, comas, nunca forma suficentemente grave como para que a victima deixe de molestar.

Algunos medicos tratando de conservar a sua posición superior, gardan cuidadosamente o segreto saber do uso dos medicamentos, como si fixeran falta anos para conocelos, cando na realidade e moi sencillo……

Y así siguen en este tono firmando: Plataforma Psiquiátrica Galega en Maio de 1976.
Creo que no es necesario que continúe presentando otros muchos escritos de esta maravillosa pedagogía.

Así que en Conjo no se podía dar el TEC. Algunos dimos, no obstante en mi sector, hasta que un día el aparato apareció quemado y destruido. En su día, cuando me marché, dije que más de un enfermo había muerto por no habérsele aplicado el TEC. Recuerdo en concreto el caso de una enferma catatónica; una chica joven. Dije que ese muerto caía sobre la conciencia de aquella gentuza que integraba la ignorancia atrevida con el fanatismo agresivo. Para quien cree que el saber y la inteligencia son los supremos valores del hombre, no podía menos que darme pena, pero también rabia y también vivencias de desengaño al verme metido en una especie de ratonera aunque me pareciera estar viviendo circunstancias históricas.

En el momento actual el TEC está plenamente rehabilitado y con nuevas técnicas y sofisticados aparatos se da con gran seguridad teniendo los nuevos residentes que dominarlo, mientras que los residentes de aquellas épocas de Conjo quedaron en las más absolutas de las inopias e ignorancias. Algunos de ellos suficientemente inteligentes, o quizás espoleados por la realidad de la vida se pusieron después a estudiar y en una reunión posterior con ocasión de un aniversario de las Reformas de Conjo y a la cual tuvieron la amabilidad de invitarme, tuve que confesarles que en aquel entonces una de las cosas que más pena me daba era que desaprovechaban mi disposición a enseñar pues yo que había ido allí con la esperanza de estar en plena responsabilidad, autonomía y dedicación a practicar y enseñar me vi reducido en muchos momentos a una lucha a la defensiva en la cual, por supuesto, no traté de convencer a nadie paternalistamente, como digo en otro lugar, sino que sencillamente tuve que " dejar que cada uno se estrellara él solito", pero es que no estaba el horno para bollos ni yo podía hacer otra cosa que defenderme o defender si acaso a mi equipo.



5. De asambleas permanentes y puntuales.
Carl Schmitt[2] el gran pensador y constitucionalista alemán estudió tan profundamente las estructuras del poder de derecho como las de hecho y analizó con brillante profundidad las relaciones y transiciones entre ambas. Puso como ejemplos lo que llamó revolución legal de Hitler que utilizó las herramientas del estado democrático para llegar a un férreo estado autocrático y dictatorial así como la transición española en la que se dio el proceso inverso: Desde las leyes de una autocracia ( El Fuero de los Españoles) se llegó a una democracia coronada y constitucional. Quizás sea oportuno comentar algo más de Carl Schmitt, porque vuelve a ser hoy día importante y conocido o bien tergiversado como inmediatamente puede comprobarse acudiendo a la Gran Red. (Internet, nombre que no me gusta mucho) Ya en los años 50 y 60 del siglo pasado, fue bien conocido en España y en persona. Enseño en cursos y conferencias con asiduidad en la cátedra e Instituto de Ciencias Políticas, posteriormente Constitucionales, que en Madrid dirigía nada menos que Fraga Iribarne, y en los cuales se iba enseñando importante doctrina política en vistas a la necesaria evolución socio histórica que un día habría de sobrevenir en España. Pero hay mucho más. Un distinguido profesor gallego del mismo tema, Prof. A. O. y que estudió en Alemania con Schmitt vino en casarse con una hija del germano, instalándose en Santiago, naturalmente con su esposa y sucesiva familia, como profesor de derecho político, Y allí hicimos enorme amistad con esta familia en la que ella, A. brillaba en la Sociedad, sobre todo universitaria, de Santiago por sus recepciones, por su conversación, por sus ideas, por su….todo. En Santiago siguen viviendo sus hijos. Así que nuestro conocimiento de la vida y doctrina de Schmitt eran de primera mano, habiendo estudiado su bibliografía tanto en alemán como en español, habiendo traducido alguno de sus poemas, y habiendo escrito muy posteriormente en El Norte de Castilla, el diario de Valladolid, más de una glosa sobre su persona e ideario. Carl Schmitt me fascinó tanto por su carácter de uno de los últimos europeos en las formas y las esencias (Fue amigo de Eugenio y su hijo Alvaro D,Ors, que le ayudaron en tiempos difíciles para él de la posguerra), como por su clara dialéctica entre los entes del hecho y del derecho en la historia de los pueblos y las gentes. Soberano es quien decide en el estado de excepción y el estado de excepción existente en todas las constituciones es lo que permite ningunear primero y abolir después las propias constituciones. Su teoría llamóse por ello decisionismo, que no se interpretó bien, pues el hecho de la decisión injusta no justifica, en el mismo Schmitt el derecho de la misma. Sus estudios sobre la dictadura, el partisano y sobre todo el “Nomos der Erde” ( Veasé otra vez la nota nr. 1) es decir, la ley de la tierra, léase el inicio y base originaria del derecho en la historia, a partir de la “toma” de la tierra, muestra como la fuerza se torna en derecho, pero también el derecho en la fuerza, y como la ausencia de fuerza también asesina al derecho. Me recordaban estos temas escritos de Nietzsche que leí con apasionamiento y asombro en mi adolescencia tardía y donde leía aquello de: “Ninguna causa justifica una guerra, pero una buena guerra justifica cualquier causa”. No se trata como pueda parecer de una afirmación cínica, si no de una constatación de hechos. En Conjo pude muy bien observar como la teoría resucitaba y vivía en los avatares del momento.

Así, pues una reputada técnica revolucionaria consiste precisamente en actuar desde dentro aprovechando las lagunas normativas; es decir, parasitando el sistema. Como técnica de detalle el procedimiento se centra en el dominio de las estructuras de organización; es decir, las jefaturas, las reuniones de distinto nivel, los grupos, por ultimo las asambleas.
El procedimiento tanto vale para estructuras de Estado como para entidades menores como la organización jerárquica de un hospital concebido como empresa. Los sucesos que narraré en este epígrafe de Conjo ejemplifican como pocos, algunos de estos procedimientos que sin embargo a la larga, en este caso, fracasaron, o quizás se hicieron después innecesarios. Desde luego en los últimos decenios se han reproducido y aun más virulentamente en otros lugares de España.
Se comenzó por la parasitación de las propias estructuras normales. Ya he comentado como los cursillos de formación de auxiliares fueron contaminados fuertemente por formación política sesgada. Desde las secretarías sobre todo del sector dos y del tres salieron fotocopias, cartas e información correspondiente. Luego se presionó a la Junta Facultativa. La cuestión se centraba en dos aspectos: Primero en suplantar el poder o responsabilidad individual por las decisiones colectivas en las cuales, naturalmente, dominaban los que de momento estoy llamando activistas o ultrareformistas; en segundo lugar en ampliar o sustituir los temas asistenciales por temas laborales primero y políticos después.
Mas la ocasión más importante la brindó la discusión del nuevo Convenio Colectivo. Hay que decir que Conjo era con mucha diferencia la mayor empresa de de carácter laboral de Santiago, ya que la Diputación lo había convertido en Fundación Publica (empresarial) y el personal antiguo se convirtió también en laboral mediante en consonancia con el nuevo. Desde luego yo al principio no me di cuenta de lo que ello podía suponer. El régimen laboral era de acceso más fácil que el funcionarial, anquilosado y lento, y también en aquel momento mejor remunerado. La legislación laboral con sus seguros sociales y médicos provenía en España aunque injustamente nadie quería recordarlo, de Girón de Velasco. Un Seguro Obligatorio de Enfermedad también que es preciso recordar pudo ponerse en marcha con la generosidad de los médicos que ofrecieron sus clínicas y estructuras al Seguro. Yo recuerdo cómo siendo niño, mi padre tuvo que simultanear su especialidad de psiquiatra con la de analista de la Seguridad Social. Tenía su laboratorio en la misma casona donde vivíamos en la calle San Agustín 10 de Segovia y allí depositaban los enfermos del seguro las grandes botellas con orina para su análisis, así como realizaba las extracciones de sangre a todo lo cual ayudaba yo contando leucocitos al microscopio o dando a la manivela de la centrifugadora…..

Con ocasión de la preparación de los convenios colectivos podían entonces convocarse asambleas de empresa completamente legales pero para las que había que solicitar permiso gubernativo. En asambleas de las grandes empresas, como la de Conjo solían asistir también observadores de la policía. Por otra parte en Conjo se fueron realizando asambleas frecuentes e ilegales que convocaba esta oposición interna que he llamado ultrareformista y en la que estaban implicadas diversas fuerzas políticas, unas nacionalistas incipientes, otras ya nacionales en la línea de CCOO y otras próximas, me parece, al anarcosindicalismo catalán.

Verdaderamente las condiciones laborales de Conjo eran excelentes. Pero claro está que siempre se podía pedir más.... La táctica por lo demás fue siempre la misma: la inclusión de cláusulas "políticas" junto a las reivindicaciones puramente laborales. Dentro de las peticiones que sin duda deben catalogarse como políticas era la constante petición de que las subidas de sueldo fueran siempre lineales, con lo que al cabo del tiempo las diferencias entre unos y otros estamentos irían disminuyendo. Una cláusula esencialmente demagógica. Desde luego ni el gerente, ni los representantes de la Diputación estaban incluidos en el convenio laboral, pero el director sí. Desde luego no querían saber nada de los sueldos que todos los ejecutivos estaban recibiendo en las empresas españolas importantes y en auge entonces, así como en el resto del mundo.
Otro punto importante, sobre todo claro, para “ellos” fue la garantía en el convenio de que se seguiría exigiendo la dedicación exclusiva. Pensaban sobre todo en los médicos que en aquellos momentos en ninguna parte estaban sometidos a esta exigencia. Todos sabemos que sin embargo, y no era la excepción Conjo, empleados de cualesquiera otra categorías trabajaban por libre en cualesquiera otras cosas. El fenómeno llamado en España chapuza, que no implica un mal trabajo si no solo a efectos administrativos, era el complemento imprescindible para que las familias medias ascendieran gracias a los esfuerzos de todos, claro está. Pero ¿porqué el médico no? Se llegó a aducir que era para mejor disminuir su stress, cuidar su salud y por ello mejorar el trabajo institucional. A mi ello me parecía bien pues de suyo es la única forma de dedicar cuerpo y alma a la Institución. Al menos así pensaba entonces. Sin embargo también puede aducirse que el trabajo privado enriquece la experiencia y además descargan a la asistencia pública. En tiempos posteriores en Valladolid defendimos que los supuestos complementos de exclusividad debían considerarse solo como específicos, pues la prohibición de trabajar privadamente durante el tiempo libre parecía anticonstitucional, mas en aquellos años aun no teníamos constitución.
La huelga, desde luego, es un derecho, casi la única defensa final del trabajador, y que se reconoce y regula en todas las democracias, pero muchos de nosotros creíamos todavía que la huelga médica era antideontológica y además en aquel entonces ilegal. Además no estaba de acuerdo ni en ideología ni en métodos con los convocantes. Personalmente me producía enorme rechazo, o quizás mejor desasosiego toda la jerga laboral. La patronal; el ejecutivo; la asamblea; el convenio; los enlaces sindicales; los piquetes informativos; la plataforma… Me acordaba de los sosegados tiempos alemanes donde gozaba de un contrato cuasi laboral, pues pertenecía al grupo de los “empleados” o Angestellten (los otros grupos eran los trabajadores o Arbeiter y los funcionarios o Beamten). Ya dije que nunca tuve que preocuparme de estos asuntos, pero evidentemente otros lo hicieron por mí.
Así que comenzaron a convocarse asambleas. Las primeras en Diciembre de 1974 y que produjo ya un paro de dos horas de todo el personal (todo siempre según los activistas)
Y continuaron en los primeros meses de 1975. Curiosamente el Dr. Montoya pide en Marzo de 1975 una excedencia de tres meses para marchar a Albacete como asesor de la puesta en marcha de su Reforma Asistencial Psiquiátrica en esa provincia, dejando así a Conjo desguarnecido. Como director médico en funciones es nombrado el jefe de servicio del sector tres y asume la gerencia, me parece ya en ese momento el Sr. Porto Anido.
En las Asambleas siguientes siguen discusiones por el uso del gallego ya que la Diputación y Fundación se niegan a aceptar escritos que no lo fueran en el “idioma oficial” pero curiosamente el mismo presidente de la Diputación contesta privadamente en Gallego a un escrito de los activistas.
Los periódicos dan con frecuencia cuenta de todas estas asambleas y escritos sorprendiendo verdaderamente la velocidad con la que olvidó el conflicto anterior para aparentemente ir tomando partido por los asambleístas y sus peticiones en un delirio de la confusión que entonces a todos nos iba invadiendo.

En Mayo de nuevo se celebró una asamblea autorizada, y otras varias sin autorizar que se fueron convirtiendo en “permanentes” En ella de nuevo se exigió el cese de las pruebas de selección de encargadas de unidad que no obstante se celebró aunque no pudieron ocupar las plazas obtenidas. Yo solo fui a una de las asambleas legales y más importantes a la que acudieron abundantes observadores, también periodistas y que suscitó un gran interés en la ciudad. En ella hable muy brevemente defendiendo sencillamente el plan asistencial y la necesidad de separar las cuestiones asistenciales de las laborales y las políticas, pero desde luego la asamblea y el mitin no eran mi fuerte; además como luego explicaré nuestra actuación; es decir, del grupo moderado o como ellos nos llamaban tecnocrático, estaba en minoría y completamente indefenso frente a las estudiadas estrategias que se nos oponían. No recuerdo bien donde se desarrolló. Me parece que esta reunión se efectuó fuera del hospital. El resto de las asambleas, día tras día, dentro del centro en un momento dado fueron convertidas permanentemente en asamblea permanente bajo una esmerada planificación del grupo convocante y prevalente que conseguía que continuamente hubiera gente en la misma. Ya adelantaré que jamás entró la policía en el centro. Todo se desarrolló de otra manera como contaré.

Es también importante describir el lugar donde se celebraba la asamblea. Formaba parte de la estrategia, que fuera en un lugar bien visible. En un lugar emblemático del centro. La asamblea como la huelga tenía una función propagandística y de amedrantamiento en su caso. Seguramente estaba ya previsto desde el principio que la asamblea en un momento dado se convirtiera en permanente y que así pudiera usurpar poco a poco las autoridades del centro. O aun mucho más, pues estábamos en las postrimerías del régimen y estoy convencido de que gran numero de los participantes, sobre todo de sus líderes esperaban tumbar al régimen de Madrid desde Conjo o con Conjo y que rápidamente se verían encumbrados en puestos políticos de primero orden. Creo efectivamente que muchos entraron en una especie de delirio colectivo mantenido por las noticias que de todo ello iba dando, como en el caso de Oviedo, la “Estación Pirenaica de Radio España Independiente” Pienso que muchos creyeron que de la asamblea en la situación enardecida de masas se habría de pasar en un momento dado a las huelgas totales y a los piquetes no ya pasivos si no activos y que reclutarían al resto del personal que en un momento dado no hubiera acudido a la asamblea. Como estas asambleas, y más la permanente eran ilegales no existía regulación alguna, ni servicio mínimo organizado.

Pues bien la reunión de la Asamblea se realizaba en el inmenso vestíbulo de donde arrancaba y por donde se desarrollaba la maravillosa escalera imperial principal o casi única del edificio central del Sanatorio. Ya he comentado que era principesca y renacentista, solamente que el mármol en la mayor parte de los lugares era simulado con estuco y no auténtico. Aún así había bastante mármol auténtico. Por lo tanto gran número de personas podía situarse en los peldaños de la escalera mirando hacia el vestíbulo y permitiendo así no solo una magna concentración si no un espectáculo verdaderamente grandioso dentro de aquellas circunstancias. Desde las escaleras y a mayor o menor altura se podía arengar a las masas y desde luego evaluar, contemplar y dirigir todo el asunto. Se parecía bastante aunque era mucho mayor a la escalera de la Facultad de Derecho de Valladolid. También en la actual Facultad de Medicina de Valladolid existe un segundo piso con balconada al vestíbulo de la planta baja y que puedo por ello simular disposiciones parecidas a las de un teatro.
Las asambleas se convocaban en pasquines, también ilegales, claro está, que se pegaban por todas partes por las noches donde amañaban los turnos para que coincidieran en los mismos los activistas. Con ello consiguieron en muchas ocasiones que el centro presentara ese aspecto de sucio, de inquietante, y de desorganizado como con el que se decoraban las ciudades y campos en los momentos prerrevolucionarios. El efecto que todo ello pudiera producir a los pacientes puede imaginárselo el lector.
Naturalmente que a las asambleas acudía mayormente el personal ya comprometido y que hemos llamado revolucionario. Simulaban establecer conclusiones y organizaban después comisiones que se presentaban a los órganos directivos del centro pretendiendo que fueran aprobados. Ello sucedía con harta frecuencia y proporcionaban así una terrible pérdida de energía y tiempo.
En la asamblea permanente los activistas consiguieron efectivamente que continuamente o todos los días permaneciera alguna persona en las escaleras y vestíbulo. También intentaron que se sumaran a las mismas algunos pacientes. Cuestión muy peligrosa, además de antideontológica, pues en Conjo estaban internados numerosos pacientes que habían cometido asesinatos y otros delitos graves, algunos reincidentes y con diagnósticos de psicopatías graves o de epilepsias. Recuerdo de alguno, verdaderamente atemorizante que asistía a las reuniones con mirada torva e irritación contenida y que claramente se contagiaba del clima tenso que producía la asamblea. Mas es sabido que los enfermos de un hospital psiquiátrico jamás producirán o se sumaran a una acción común, como un mitin o un levantamiento. Lo impide la singularidad y aislamiento que produce siempre la enfermedad mental. Son los normales los que son victimas de los rasgos asimismo normales de poderse extasiar ante el contagio del grupo y de la masa dirigida adecuadamente por los lideres carismáticos o no.
Otras veces los pacientes acudían espontáneamente. En todo caso yo y mi equipo sentíamos como iba disminuyendo nuestra autoridad y cuando llegábamos a una reunión o unidad y nos decían que fulano o mengano está en la asamblea teníamos que asentir, o mejor dicho consentir, como si dicha asamblea fuera legal, como si la ausencia del lugar de trabajo no importara, como si la perturbación en la vida del centro fuera nula o mejor sirviera a los objetivos de la reforma. Naturalmente que todo ello daba a las a los resistentes o conservadores a los que antes he aludido pareciendo por supuesto que se les daba la razón. Estos intentaban meter a todos en el mismo saco tildándonos naturalmente a todos de " revolucionarios" y así se presentaba el asunto en los periódicos de "derechas".

¿Qué pasa en Conjo? Durante años fue una pregunta obligada y continua en la ciudad de Santiago y continuamente en reuniones o tertulias de la familia y amistosas teníamos que estar dando nuestra versión. Los periódicos echaban leña al fuego contradictoriamente. Muchos de los periódicos de provincias en aquellos años estaban totalmente dominados por las ideologías de izquierdas, que pretendían ser meramente democráticas creándose una enorme confusión entre unas y otras. En todo caso la izquierda manipulaba muy bien para dar a entender que solo existía una democracia; la suya. Yo pensaba naturalmente en las democracias populares al este del telón de acero. Las armas que teníamos, que tenia, eran escasas frente a ello aunque mi equipo y yo nos dedicamos denostadamente a dar charlas por la radio, conferencias en el Casino, amen de numerosas mesas redondas en los pueblos y cabezas de comarcas donde íbamos desarrollando los dispensarios, como Arzua, Vimianzo y Corcubión.

En todo caso y por observación, tanto de las asambleas legales como de las ilegales, aprendí un montón de psicología de los grupos y de las masas y de las tácticas de dominio de las mismas. Aunque estoy seguro que estas normas y consejos se encuentran hoy fácilmente en la Gran red voy a reseñar mis conclusiones de entonces, que por supuesto siguen siendo tan validas o más hoy día.
1. Lo primero es contar con un número de activistas férreamente disciplinados. No hace falta que sean muy numerosos. Bastan cinco o seis para dominar una asamblea de varios cientos.
2. El dominio del espacio. Los activistas han de colocarse distribuidos como al azar en diversos puntos distantes dentro de la asamblea, formando así una especie de red donde puedan pescar a los demás incautos. Se sucederán unos a otros hablando o gritando desde los diversos ángulos y lugares de la asamblea dando así la impresión de ser mucho más numerosos y sobre todo de ser individuos independientes pero que opinan lo mismo.
3. El dominio del tiempo. Es seguramente la regla más importante. Los activistas han de entretener a la asamblea con cuestiones intrascendentes durante el tiempo que sea necesario para que se vayan aburriendo, cansando y ausentando las personas contrarias a su ideología o al menos indiferentes. Han de prolongar la asamblea hasta que estén seguros de ganar la votación final.
4. La desestructuración de las formas. Esta regla aprovecha el punto débil de las fuerzas contrarias que todavía conserven formas de educación, amabilidad, no beligerancia o sencillamente civismo. Los activistas por medio de gestos, voces, insultos hasta el límite necesario, han de amedrentar a los contrarios desestructurado sus formas de actuar, hablar y responder, produciendo por una parte miedo, por otra dificultades para que el contrario se exprese. La contundencia de las formas por lo tanto ha de conseguir cubrir la debilidad de los argumentos erigiéndose en fuente de razón y de verdad.
5. La preparación previa al detalle es por lo tanto fundamental. Los activistas de Conjo pasaban las noches de claro en claro y de turbio en turbio reunidos en sus casas preparando consignas asambleas y propagandas.
6. Por ultimo, si existe, es obligado que el activista principal agarre y domine bien el micrófono consiguiendo que por casualidad no funcione cuando corresponda intervenir al contrario.

Recuerdo así muy bien una o quizás la principal asamblea legal a la que tuve que asistir. Estaba regulada legalmente la formación de la mesa presidencial, pero ya bastante tiempo antes del comienzo, los activistas más destacados, de cuyo nombre me acuerdo demasiado bien, ocuparon la mesa presidencial sentándose encima de ella con las piernas colgando hacia delante, vestidos con indumentarias desaliñadas, gesticulando con alboroto y haciendo en suma ostentación de dominio y prepotencia del asunto aplastando a toda convención y orden burgués.

¿Qué se votaba y discutía en la asamblea? Ya he dicho que el objetivo inicial era la discusión del nuevo convenio colectivo que me parece debía renovarse cada dos años. A cláusulas más o menos imposibles, como la petición de una subvención de cinco mil pesetas para las vacaciones, se fueron añadiendo contenidos políticos, pidiendo la dimisión del presidente de la Fundación o del de la Diputación. Más tarde asuntos de aún más calado como la aprobación de leyes de huelga, y hasta cambio en la estructura del estado y por supuesto dada la no aceptación de las peticiones de lo que ya empezaron a llamar plataforma (término de gran importancia en la Transición convertido en platajunta) la huelga. Como era ilegal los periódicos al reseñarla siempre la denominaban “paro” Se comenzó durante días con “paros” parciales en personas y tiempo Al principio gozaron de una cierta organización. Se respetaban las urgencias y las guardias. Posteriormente al quedarse casi todas las unidades sin personal se nombró, nombró la asamblea un “reten” que recorrían las diversas salas. ¡Un retén para mil enfermos!!! Además se llenaba el hospital de panfletos y propagandas pegados a los lugares más visibles sin perdonar las propias unidades de los pacientes.

6. De huelgas salvajes y otros sobresaltos.
De la Asamblea salía enfervorizada la horda que se autodenominaba “piquete” y que recorría las unidades demandando o exigiendo al personal para que abandonara su puesto de trabajo y se sumara a la Asamblea y a la huelga. En los días más álgidos que fueron los tres o cuatro últimos se exigía que lo abandonaran del todo dejando solos a los enfermos, entiéndase bien. Era una huelga totalmente salvaje la que al final se produjo. Era un espectáculo increíble y digno de la mejor de las películas de la ciencia ficción: era un esperpento ver como una horda de personal supuestamente sano corría y gritaba por un manicomio ante la tranquila e indiferente mirada de los propios enfermos-locos.
En aquellos días fue imposible hacer ningún trabajo constructivo Yo me refugiaba en la enfermería baja, aquella sala disputada por el Dr. B. Era una sala, como ya he dicho de ancianas. Me sentaba junto a ellas en la sala de estar con un libro. En la ventana, Ni siquiera en el despacho médico que por lo demás no lo había en esas salas. Cuando aparecía la horda me quedaba quieto. Seguía mirando por la ventana o me ponía a charlar con una paciente. Pero yo me fijaba muy bien en quién estaba en la horda sobre todo al frente de la misma y al percibir a más de un incauto que se había sumado a ella por el miedo, mas de una vez, luego en su sala y de frente a frente les decía algo así como ¿ Tu quoque filii mihi?** Porque los activistas no eran demasiados y la mayoría como sucede siempre en estos casos se suma a la huelga o a los piquetes por temor y por el poder de la masa cuando uno mismo no está organizado en algún otro grupo que pueda auto defenderse. La verdad es que en aquella sala y dentro del hospital siempre me respetaron todos.

En estos momentos se había formado ya una asamblea permanente en el vestíbulo de la gran escalera y de allí, además de los piquetes de huelga surgían escritos comisiones, sobre todo muchas comisiones que intentaban adueñarse de la dirección y marcha completa del centro. Y realmente lo consiguieron durante muchos días pues se adueñaron de la marcha de todo, menos de los dineros de la administración, naturalmente. El personal normal del Sanatorio estaba harto y también indignado del desorden reinante y sobre todo de la intervención nula del director gerente, que no regresó de su excedencia hasta el uno de Julio en cuya fecha ya casi se había resuelto, como luego referiré la tremenda lucha y crisis. La verdad es que daba la impresión que sabía lo que se estaba avecinando. Que él q.e.p.d. me perdone pero eso era lo que se comentaba por el centro y lo que entre unas y otras cosas motivó después, como narraré, su destitución.

Como prueba del ambiente de protesta contra el desgobierno del centro, y el avasallamiento o asoballamento que imponían los activistas, transcribiré el escrito completo dirigido al Presidente de la Fundación como máximo responsable y que vivía en La Coruña y que firmaron, firmamos, unas 70 personas, (de una plantilla aproximada de 300) pero también dirigido a los periódicos y la opinión pública. La fotocopia que poseo de este documento no tiene fecha pero debe datarse en la primera mitad de 1975 en un momento anterior a la crisis final y los despidos de primeros de Julio de 1975.

Los trabajadores de Conjo, hartos de las falsas informaciones que continuamente aparecen en la prensa, facilitadas por un grupo minoritario de personas, queremos que la opinión pública tenga una información real, y no la parcial que ofrece ese grupo de personas, a las que la asistencia parece importarles muy poco, y cuyo fin principal es defender intereses ajenos al enfermo menta.

En el Sanatorio de Conjo hay muchos grupos, muchas ideologías, pero podemos hablar de dos grupos minoritarios, uno extremista, no le importa el enfermo, otro más moderado que sí le importa y una gran mayoría silenciosa que tiene interés en la marcha asistencial del centro y que nunca habla porque está cansada d esta lucha; mayoría que no asiste a ninguna asamblea, porque las manipula un grupo de unas 20 personas - por cierto muy preparadas a nivel dialéctico – pero que a la hora de ocuparse del enfermo fallan.

También queremos destacar que toda esta gente que preconiza una democracia no nos deja opinar cuando no pensamos como ellos y que utilizan cualquier método para intimidarnos llegando a los insultos y a las amenazas personales. “Ellos” hablan del reinado del terror pero los que realmente los sufren son los enfermos y una gran mayoría del personal.

El jueves día 5 hemos tenido una asamblea en la que entre otros temas se tocaban el horario, el actual convenio, y la dimisión del Sr. Mariño Cea que ofreció su cargo a esta asamblea. Asistimos todo el personal y allí se vio claramente lo que opinamos la gran mayoría, pero no interesaba una votación porque saldría lo que ese grupo minoritario no quiere: el demostrar que ellos no son “los trabajadores de Conjo”.

Estamos hartos de que hablen por nosotros y queremos recalcar a la prensa que cuando se escriba algo referente a nuestro Sanatorio se especifique claramente cuantos son y cual es su capacidad de representación.

Por ultimo queremos decirle al Sr. Mariño que aunque la votación no llegó a efectuarse la mayoría de nosotros queremos que continúe en el centro, y que utilice todos los medios a su alcance para solucionar estros problemas que tanto perjudican la dinámica asistencial

Lo que afirmamos es la opinión de la mayoría de nosotros y esta es la única realidad de Conjo: El Conjo auténtico es este, el de los trabajadores que hasta hoy hemos permanecido callado, la gran mayoría silenciosa que firmamos y demostramos nuestro interés por el enfermo de la única manera posible ¡Trabajando! Y nuestro deseo es seguir trabajando dignamente al margen de ideologías y de politizaciones que en nada benefician nuestros lógicos deseos de un trabajo considerado por el cual lucharemos, sin que ello signifique jamás el olvido o abandono de nuestra profesionalidad.

7. Crisis y traca final.
De nuevo estaba el Sr. Mariño al frente de la Fundación. En una entrevista en el Correo Gallego interpreta los conflictos de Conjo como expresión de los conflictos sociales y políticos del momento debido a ser precisamente Conjo, en cuanto a empleos, la empresa más grande de Santiago.
El seis de Junio se celebra una tensa asamblea autorizada donde se exhiben todas las reglas de manipulación y dominio que ya he referido y el 21 de Junio. Dado el protagonismo en las mismas de los 12 residentes, es suspendida la docencia. Suspender la docencia supone la expulsión de los residentes del centro, aunque de momento se les conmina a permanecer en sus casas pero sin cesarles en sus puestos de trabajo ni suprimir sus nóminas. A partir de ello se aceleran los acontecimientos y la asamblea, panfletos, intimidaciones y versiones contradictorias en los periódicos.
A finales de Junio más de treinta hospitales en toda España se solidarizan con nuestros Residentes parando unas horas. En los días siguientes del 21 al 27 continúan las asambleas diarias y los paros. Es despedida una asistente social y suspendidos de empleo y sueldo el jefe de servicio del sector dos y su jefe clínico que eran enlaces sindicales, por convocar y apoyar las asambleas y paros ambos ilegales.

El dos de Julio la Asamblea permanente decreta el paro total: es decir en este momento una huelga total y salvaje que es secundada por las buenas o por las malas por prácticamente todo el personal de enfermería del centro; los médicos de los sectores 2 y tres; casi todas las asistentes sociales. En una reunión de jefes de servicio, en aquel momento se trató de si nos uníamos a la asamblea y a la huelga o no. El jefe de Servicio del dos como principal líder en la sombra muy educada, pero firmemente, lo recuerdo muy bien, me dijo que había que seguir la opinión de la mayoría. Yo contesté que la democracia precisamente consiste en la protección de las minorías y de los discrepantes y que desde luego si la mayoría votaba que me tirase por la ventana yo no iba a hacer caso. Ya no sé bien que contestaron pero el caso es que yo me marché de la reunión teniendo muy claro que aquello era la ruptura con ellos. A la vez se produjo en mí un gran alivio pues recuperaba la libertad al desaparecer los compromisos y ver la situación con total claridad. No tenia nada más que resistir y esperar los acontecimientos.

Los días siguientes del dos y del tres de Julio fueron lamentables.
La medicación se quedó sin repartir; las comidas con penuria se repartieron a medias. Las unidades quedaron solas y varios enfermos se fugaron aunque muchos menos de lo esperable. Los enfermos en parte se autoayudaron y se autoorganizaron. Un auténtico experimento social que ya se había dado otras veces; en concreto en Alemania cuando los hospitales psiquiátricos se quedaron unos días solos y sin personal por el abandono de los nazis ante el acercamiento de las fuerzas aliadas al final de la Segunda Guerra Mundial.
Peor lo pasaron las unidades geriátricas y de demencias orgánicas en las que quedaron sin atender, limpiar y mudar incapaces e incontinentes. Algún personal mártir que no hizo huelga y quizás alguno que sí la hacía pues no tengo datos completos ni quiero faltar a la verdad, hicieron lo que pudieron.
Yo creo que pretendían que entrara la policía en el centro pero bastó que solamente viniera una persona.
Efectivamente el Sr. Mariño Cea Presidente de la Fundación se presentó en la Asamblea:

Pregunta: ¿Porque estos paros de todos los días anteriores.?
R. Por solidaridad con los MIR de todo el país que tienen planteado un conflicto con el Instituto Nacional de Previsión.[3]
Sr, M. Bien Parece hasta aceptable algún paro parcial por solidaridad, pero porqué los paros totales de ayer y de hoy?[4]
R. Por las sanciones.
Sr. M. Las sanciones no son negociables.
A continuación se dirige a las personas presentes con mayor rango dentro del Hospital: El nuevo administrador, Sr. C.[5] y al director médico en funciones, jefe de servicio
del sector 3.
Sr. M. ¿Están ustedes de acuerdo con la asamblea y los paros?
R. Sí.
Sr. M. Pues están ustedes despedidos.

A continuación se dirige a los demás jefes clínicos presentes y a los MIR que se habían incorporado poco antes al centro y a la Asamblea.

Sr. M.¿Están ustedes con la asamblea y los paros?
R. Sí.
– Era muy difícil que se negasen a sí mismos delante de todos aquellos auxiliares y demás personal al que habían precisamente animado a asambleas y huelgas. –

Sr. M. Pues están ustedes despedidos también.

A continuación la asamblea, completamente descabezada se disolvió y volvió cada uno a su puesto de trabajo, menos los expulsados. No se expulsó ni sancionó a ningún auxiliar, ni a nadie de inferior nivel profesional o laboral al del médico, administrador general y asistente social.

Inmediatamente el Presidente de la Fundación tomo las siguientes medidas para garantizar la continuación del funcionamiento del centro:
1. Desdoblamiento del cargo de director del de gerente. Nombra como gerente al Dr. Montoya y como nuevo director médico al Dr. Jimeno que continuará asumiendo también la jefatura de servicio del Sector uno.
3. Los Jefes clínicos del sector uno, Drs. Lado y Rodríguez Lapuerta asumirán las jefaturas de servicio del sector dos y el tres respectivamente.
4. La docencia MIR queda suspendida.
5. El Sr. Guerra, antiguo administrador, asumirá todas las funciones de la administración.
6. Quedan suspendidas y prohibidas todas las asambleas y paros.
7. Con la máxima urgencia posible se convocarán las plazas vacantes de jefes clínicos. Lo cual se hizo efectivamente el 3 de Agosto de 75.
En los días siguientes el Sr. Mariño en rueda de prensa con nosotros y en diversas entrevistas en los periódicos explicó lo sucedido. Véase especialmente El Correo Gallego del día tres de julio; del Ideal Gallego y La Voz de Galicia del cuatro y cinco de Julio. Especialmente en la entrevista la misma tarde de la última asamblea explicó con pelos y señales los antecedentes y desarrollo del conflicto, Al fin manifestó encontrarse un tanto cansado.
Los despidos fueron declarados procedentes por la magistratura de trabajo. (19 de Septiembre)
Por supuesto los despedidos y especialmente los MIR consiguieron un sin fin de manifestaciones y apoyos en los medios y continuaron su lucha desde dentro y desde fuera, pero queden los sucesos siguientes para el próximo apartado quinto de estos mis recuerdos sobre lo que viví en el Sanatorio de Conjo.

. * "in se": "Significa "en sí mismo" o en el fondo o base de una cuestión y deriva de un lema latino que adoptó nada menos que el capitán Nemo en la estupenda novela de Julio Verne "Vente mil leguas de Viaje Submarino". Se trata de un consejo o advertencia que ignoro si proviene de algun escritor clásico. Dice:"Fortiter in se, suaviter in modo" Es decir, "Sé fuerte en el fondo pero suave en la forma".
**"Tu quoque, filii mihi?": "¿Tú tambien hijo mio"?. Se trata de la frase que dirigió Julio Cesar a Bruto a quien había adopatado como hijo, cuando junto con los demás senadores le estaban asesinando en el Senado Romano el año 44 a. d. C. Refiere la historia que al percatarse Julio Cesar que entre los conspiradores asesinos se encontraba Bruto, abandonó toda resistencia, se envolvío con su túnica e increpó a Bruto con ésta célebre frase.



[1] En estas fechas de 1974 después de los ataques de “El Correo Gallego” tanto la Diputación Provincial de La Coruña ( Presidente Sr. A. Porto) y el Consejo de la Fundación ( Presidente Sr. Mariño) redactaron amplios informes oficiales para uso interno en el que se reseñaban todas las circunstancias y detalles de la Reforma así como copia de los recortes de prensa y los apoyos y comentarios recibidos. Me he valido de gran parte de estos escritos para refrescar mi memoria respecto los sucesos del año 1974.
[2] Como obra más representativa y accesible véase: Carl SCHMITT. “ El Nomos de la Tierra, en el derecho de Gentes del Jus Publicum Europaeum” Colección de Estudios internacionales del Centro de Estudios Constitucionales. Madrid 1979. Traducción de la edición alemana de Duncker & Humblot. Berlin 1974. Obra admirable en el mejor estilo filosófico profundo del ultimo pensamiento alemán.
[3] Institución responsable de la Seguridad Social Estatal, antecesora del Insalud etc.

[5] El Sr. C. había sido nombrado un tiempo antes como jefe de los antiguos administradores, sobre todo el Sr. Guerra. A quien ya he citado.


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