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martes, 24 de septiembre de 2019

Epílogo



viernes, 1 de octubre de 2010



EPILOGO
El Futuro de la Psiquiatría.

1. Futuro de la Psiquiatría como ciencia y como medicina.
Innumerables veces he dicho y he escrito que la verdadera ciencia de la psiquiatría es la psicopatología. Psiquiatría es arte y técnica aplicada que tiene que actuar aún en falta de la “evidencia”, palabreja que esta sustituyendo al claro concepto de “saber demostrado” aunque pudiera serlo meramente como saber empírico, que constituye en la psiquiatría casi todo el saber operativo.
Así que ¿Qué puede esperarse de la psicopatología? En primer lugar que sobreviva y se profundice en ella, pues psicopatología es la descripción, delimitación y comprobación de qué, del cómo y del origen de cada síntoma psíquico, que es tanto decir como función psíquica y su correspondiente anomalía que es desde luego también una función, aun alterada. Además de la escuela de Huber a la que considero que pertenezco con los que quieran llamarse discípulos míos, observo un renacimiento de la misma psicopatología en general, como muestra, por ejemplo, el último número de la revista de psiquiatría, creo yo, de más profundidad y prestigio en España: Archivos de Psiquiatría que durante tanto tiempo fueron Archivos de Neurobiología. [1] Y una vez renovados estos estudios desde la perspectiva de la observación de los pacientes, tanto clínica como armada de pruebas psicológicas cada vez más refinadas, es evidente que el estudio se verterá hacia lo neurofisiológico subyacente pues así es toda ciencia del ser real: Estudio desde el fenómeno a las causas eficientes y a las estructuras internas de los sustratos materiales en los diversos niveles donde se organiza la función. Así que me acercaré primero a:

a) Procedimientos medicamentosos y farmacológicos.
Poco escribiré sobre los tratamientos actuales farmacológicos. Subsiste sin resolver en primer lugar una cuestión central: La comparación a todos los efectos entre los antipsicóticos clásicos y los atípicos. E inmediatamente la comparación entre las primeras generaciones de antidepresivos ( triciclicos e I.M.A.O ) y los de generaciones posteriores ( Fundamentalmente los Inhibidores de la Recaptación de Serotonina) En todo caso y debido a la índole de las enfermedades psiquiátricas y de sus enfermos el médico especialista individualmente es completamente imposible que alcance un juicio objetivo sobre la eficacia de un fármaco por lo que suele decidir según su costumbre o por “lo que le dicen”. También sabemos que los trabajos “locales” sobe estos temas están más bien sesgados. Sin embargo poco a poco y en conversaciones casi secretas con otros compañeros concluimos muchos en la misma opinión: La Psicofarmacoterapia ha avanzado muy poco en los últimos 25 años y solo parece conservarse como definitivo hallazgo aceptado las benzodiacepinas. Así que el desprestigio interesado que sufren antipsicóticos típicos y triciclicos nos parece – a muchos – un verdadero escándalo cuyas causas podrían describirse bastante bien pero que omito en este momento. 
En verdad que los procedimientos actuales de administración de medicamentos parecen, me parecen, más bien propios de una época bárbara y atrasada puesto que consisten en la invasión o si se quiere envenenamiento de todo el cuerpo con los productos artificiales a fin de que lleguen a sus órganos o organelos diana. Claro está que así parecen actuar las hormonas y otros mensajeros químicos. Empero la farmacoterapia del futuro, tal como nos van diciendo sus especialistas actuales, ha de ser mucho más refinada en la intención de colocar los agentes químicos exactamente en el lugar y dosis donde han de actuar. Los más soñadores diseñan pequeños robots fabricados con nanotecnología que a través del aparato circulatorio llegarán a los órganos correspondientes liberando allí el medicamento en dosis y momentos adecuados y quizás dirigidos desde el exterior del cuerpo por sistemas electroinformáticos.

b) Procedimientos neurobiológicos.
Después de las ya maravillosas exploraciones en vivo y en tiempo real que producen las técnicas de neuroimagen se desarrollarán técnicas cada vez más finas para estudios de los intercambios químicos moleculares en las redes neuronales o aún en neuronas aisladas, y de la misma manera se descubrirán técnicas capaces de pinchar, sin pinchar, células y redes neuronales de cualesquiera estructuras para el estudio primero y para modificación y control después de las pautas ( pattern) de excitación correlativas con las diversas funciones y fenómenos psíquicos normales y patológicos. Ya el olvidado Rodríguez Delgado, que no recibió ni Nóbel ni el Príncipe de Asturias y que no volvió a trabajar opulentamente, como se merecía, en España, desarrolló los quimiotrodos, que en semejanza a electrodos permitían sondear contenidos y cambos bioquímicos en estructuras cerebrales.
Estas técnicas de estudio permitirán sin dudas el desarrollo de acciones terapéuticas en las que se integren procedimientos bioquímicos, electrónicos e informáticos. Así dentro de no muchos años espero que sea una realidad terapéutica cotidiana la implantación de marcadores cerebrales, análogos a los cardiacos, capaces de controlar de momento conductas extremas, como un ataque epiléptico, una crisis de pánico, un episodio de agresividad o violencia…., quizás también el cambio de fase en el trastorno bipolar.
Parte de estas intervenciones consistirán en la implantación de auténticas prótesis cerebrales que podrán sustituir o modular circuitos neurológicos dañados. El desarrollo imparable de la informática, la electrónica y la nanotecnología permiten pronosticarlo, en mi opinión, con seguridad.
Preveo el control de las alucinaciones, por ejemplo, mediante su detección y bloqueo consiguiente por medio de chips implantados o extracraneales. Ya se ha demostrado que cuando se producen alucinaciones, por ejemplo verbales, y como no podía ser menos, se disparan automáticamente circuitos neuronales en las áreas del lenguaje. De forma automática o bien apretando el paciente un botón podrían bloquearse estas activaciones indeseables de engramas verbales que constituyen las famosas “voces” del psicótico.
Veo muy difícil que puedan controlarse los delirios por procedimientos similares ya que el delirio, sobre todo el primario, no derivado de alucinaciones u otros fenómenos, se produce por mecanismos idénticos formalmente al propio pensamiento normal, según he defendido en alguno de mis últimos escritos. [2]
Mas lejano veo también y por lo tanto más propio de la ciencia ficción que de un pronóstico científico, la posibilidad de implantar programas informático-electrónicos con contenidos de memoria o habilidades, que no necesitarían ser aprendidas por los largos y penosos procedimientos ancestrales.

c) Procedimientos psicológicos. Siempre me ha asombrado, sobre todo en estos últimos años, que los inmensos conocimientos psicológicos conseguidos muchas veces en la observación y experimentación animal, no se hayan trasladado con suficiente claridad e intensidad a técnicas terapéuticas de este tipo en psiquiatría. 
Es cierto que en estos años se ha dado un paso de gigante. El bla, bla bla o el mero escuchar y echar a otro la culpa; es decir, evitar al paciente toda la responsabilidad de lo que le pasa, tan típico del psicoanálisis y sus epígonos, ha sido sustituido por las técnicas cognitivo conductales que deben ser bien llevadas bajo estrictas normas de aplicación y evaluación. En el campo de las psicosis son bien conocidos, por ejemplo, los programas I.P.T. de Brenner y Roder y el de K. Andres y cols. rientada a la Superación de la (Ambos de la Universidad de Berna) y a cuya difusión y aplicación en España hemos contribuido desde el grupo de trabajo de Valladolid (A. Jimeno; N. Jimeno; M. Vargas.) y que he citado en otro lugar.
Pero como decía, en mi opinión, estos programas tienen todavía un exceso de contenidos y medios verbales e insuficiencia de contenidos conductales. Por otra parte las técnicas meramente conductales como las llamadas de modificación de conducta o las de ensayo o juego de roles, no han tenido tampoco el desarrollo posible que brindaban los avances en el conocimiento científico de la psicología humana. Y ello tanto en el tratamiento de los trastornos menores, tipo neurótico, (llamados ahora de ansiedad) como en los tratamientos de los trastornos graves como las psicosis. 
Ha de partirse de la aplicación rigurosa y conductista de las leyes del refuerzo que se aplicarán en ambientes totalmente controlados y vigilados con seguridad por cámaras de registro continuo (no alarmarse; ya tenemos antecedentes de ello en mero juego y entretenimiento en esos estúpidos programas como El Gran Hermano) que conformarán continuamente el entorno físico y psicológico durante las sesiones de tratamiento, según programas informáticos aplicados por mecanismos robóticos.
No será difícil con estas técnicas estimular directamente los centros cerebrales de la recompensa y castigo cuando lo demande el programa. Estas estimulaciones podrán realizarse transcranealmente.
Es muy posible que los compañeros e interactores en este entorno y que serán los reeducadores del paciente, sean personajes virtuales de gran perfección capaces de satisfacer, (es decir reforzar) con los ritmos y formas exactamente determinadas las necesidades del caso para la consecución de los fines programados. Como en la educación no autoritaria, o en la enseñanza a las palomas a dirigir cohetes balísticos, como consiguió Skinner, solo se aplicarán refuerzos positivos consistiendo los negativos meramente en la ausencia de los primeros.
Muy probablemente dentro de poco los pacientes o personas sometidas a estos tratamientos llevarán continuamente y en su vida cotidiana monitores de tipo electrónico que transcranealmente registrarán, avisarán o “reforzarán” conductas, expresiones y aun emociones de acuerdo con los programas en marcha.
No será difícil que todas las personas sometidas a control y tratamiento puedan comunicarse en tiempo real con el terapeuta o director del programa, sin necesidad de ser un potentado económico como Woody Allen, que habla en cualquier momento con su psicoanalista, según nos muestran sus películas.
Es más, por telefonía móvil o sistema similar, el paciente podrá estar continuamente en comunicación con su central de programas como forma de acceso a controles o programas más sofisticados albergados en su servidor y no directamente en el artilugio portátil; Es decir, el programa desde la central conocerá también en todo momento la conducta del paciente pudiendo advertirle o en su caso pudiendo impedir las conductas inadecuadas. El programa se convertirá pues en algo así como el ángel de la guardia en visión siglo XXI o siglo XXII.
En todo caso parece que el desarrollo y aplicación de estas técnicas se producirá en una nueva armonía y colaboración entre psicólogos y psiquiatras. La sabia utilización de la ley básica de la psicología del aprendizaje que es la ley del refuerzo, espera todavía innovaciones y aplicaciones masivas para el próximo futuro.

2. El ámbito social de desarrollo y aplicación de la psiquiatría.
El avance decisivo en el conocimiento y manejo (me abstengo de escribir manipulación) de la mente depende de los siguientes factores:
- La progresiva complejidad e inestabilidad de la sociedad técnica y globalizada que al eliminar la eficacia normativa de los mecanismos tradicionales, seguirá aumentando sin cesar las necesidades de consejo y ayuda a personas simplemente desgraciadas y/o enfermos que exigen también ser felices en la sociedad de bienestar.
- Los mismos factores anteriores propician un aumento de la delincuencia organizada, que ya padecemos en el mundo global, que a la vez exigirá un control de la misma por medios eficaces; por ejemplo con la implantación de localizadores electrónicos. Es de esperar que no sea preciso incorporarlos al documento de identidad de todos los ciudadanos. 
- El aumento general del consumo centrándose cada vez más en aspectos cada vez más nimios o de detalle, como observamos hoy entre nosotros respecto la nutrición o la estética corporal, contribuirá también al aumento de exigencias de intervenciones de la psiquiatría y ciencias afines.
- La progresiva eficacia de los tratamientos e intervenciones psicológico-psiquiátricas producirá la petición de “mente a la carta” ; es decir de parecida manera “quirúrgica”; es decir, brutal, con la que hoy se opera y cambia la forma del cuerpo, se solicitará y conseguirán los cambios de carácter o personalidad lejos de los lentos e inseguros procedimientos psicoterapéuticos que hoy conocemos.
Así pues todos estos factores exigirán a las instancias sociales y políticas en los campos de la sanidad y de la justicia la aplicación de forma cada vez más exacta y frecuente de todas las técnicas avanzadas cuyo desarrollo he pronosticado.

a) La transformación de las especialidades y los especialistas. Por lo tanto parte de la especialidad de psiquiatría y por lo tanto de los psiquiatras, tendrán que convertirse en cirujanos. La psicocirugía tanto tiempo abandonada y con razón después de sus excesos y fracasos iniciales, será cada vez más refinada y eficaz, desde luego en trastornos neurológicos motores, incluidos las secciones medulares, pero también en el control por ejemplo de los “descontrolados de impulsos” (sigo nomenclatura DSM) o en las depresiones melancólicas mediante intervenciones en el sistema limbito y sus aledaños.
Otros grupos serán especialistas en informática, electrónica y nanotecnología.
Otros grupos serán expertos en etobiología y programas psicológicos.
Evidentemente que todos deberán trabajar en equipo pero me parece cada vez más difícil que todos procedan de la misma escuela profesional o facultad con lo que quiero decir que los sistemas de titulaciones cambiarán profundamente y los estudios de medicina, mal que pese, se fragmentaran en múltiples licenciaturas que podrán tener solo en común los estudios básicos de lo que hoy denominamos asignaturas preclínicas. Todos los médicos sabemos que es una tarea pendiente y que si no se ha afrontado antes es seguramente por las nostalgias inherentes a cambios tan profundos y quizás también por los temores corporativistas. Mas en estos años hemos asistido a la “invasión” acertada y eficaz, ya sin duda, de los psicólogos, y a las consultas de enfermería y a la presencia eficacísima en países en desarrollo de médicos elementales, llamados también médicos samaritanos, que parten muchas veces de las propias medicinas tradicionales cuya evidencia está basada en la tradición a veces de miles de años.

b) El medico de cabecera o agente coordinador. Desde luego que alguien ha de asumir ante el paciente el papel de consejero, de mediador y de coordinador de las diversas intervenciones y especialistas y éste es papel del médico de cabecera y familia cuya formación sin embargo ha de profundizar más en los aspectos de empatía, dirección psicológica y conocimiento del entorno psicosocial que en conocimientos propiamente técnico médicos. Todo lo cual ha de reflejarse, naturalmente en las enseñanzas exigibles y en las pruebas de selección aplicables.

c) Los colaboradores sociales: el clientelismo, el consejero y el mediador. Mas no todos los agentes sociales que se desarrollaran sin duda asombrosamente en las próximas décadas, pertenecerán a los campos de la sanidad o procederán de escuelas profesionales institucionalizadas. Las inmensas demandas de ayuda y consejo, tal como estamos ya viendo. se dispersaran y especializarán en abundantisimas instancias que abarcarán desde los campos increíbles en una sociedad supuestamente informada como la actual. Me refiero al curanderismo, a los videntes y echadores de cartas, y a las demás infinitas mancias que pretenden diagnosticar y curar por la observación o manipulación del iris, de la oreja, del pie o de la mano y por supuesto a las religiones tradicionales y otras nuevas y novísimas. Como vamos viendo habrá pan; es decir, clientes para todos. Los filósofos ya se han ofrecido también y el éxito de libros como Platon y no Prozac lo demuestran.
Estas ayudas se desarrollaran muy especialmente a través de Internet y servicios afines; unas veces en total anonimato, salvo para la tarjeta de pago, otras en intentos o sucedáneos de relaciones empáticas y personales cuya firmeza e intensidad estamos ya observando en los Internetadictos y otros.
Sin duda muchos temen este extrañamiento del hombre respecto lo que puede denominarse nicho ecológico propio, pero precisamente el cerebro muestra, me parece, que es una herramienta adaptativa de extraordinaria versatilidad y si no lo fuere las técnicas de manipulación genética procuraran las adaptaciones cerebrales que exijan los procedimientos disponibles; una dirección de la adaptación, que aun aparentemente perversa – piensese bien . se ha dado y se seguirá dando en aquel proceso universal en el que la oferta ( de nichos ecológicos potenciales ) son invadidos – o sea colonizados - por las nuevas capacidades que se desarrollan en el huésped. Esa es más bien la ley general de la ecología y de la evolución.

3. Comentarios y futuro esperable de los sistemas de enseñanza.
No solamente los contenidos y la estructura de las profesiones sanitarias asumirán un profundo cambio, si no las mismas técnicas de enseñanza, que a pesar de todo hasta ahora solo han cambiado en cuanto a los procedimientos técnicos didácticos en el aula por la irrupción del ordenador y sus programas informáticos. Escribiré algunos comentarios
La lección magistral no debe ser un mero lucimiento del profesor. El alumno debería abandonar la clase con la lección sabida. Aquí recordaba el maravilloso sistema de D. Pedro G. Bosque, o de mi también maestro Prof. Erbslöh, que así lo conseguían. La maestría comienza en la restricción, decía Goethe. El desarrollo sostenible, diría yo aquí, exige el menor esfuerzo posible por parte del alumno y el mayor, claro está, del profesor. Los conocimientos deben ser básicos y muy generales. Recuerdo por ejemplo aquel horror del estudio de la Anatomía por el Testut y que permitía que nos preguntaran en el examen: el borde superior del cornete inferior; de la misma manera que la farmacología que me explicó el Prof. Armijo, claro y maravilloso como son todos los discípulos españoles de la escuela de Lorenzo Velázquez, pero que nos exigía conocer los calomenanos y las formulas infinitas de muchos o casi todos los medicamentos.
El defecto, creo yo, provenía y proviene de la imposibilidad de enseñanzas integradas si estas han de impartirlas personas diferentes para cada tema. Y la integración es difícil por las disparidades entre la docencia y la investigación. Pienso que la formación medica básica; es decir, en la licenciatura, deberían impartirla profesores precisamente especializados en la docencia y no en la investigación, ni quizás tampoco en la asistencia. Por ello mismo estarían capacitados para explicar de esa forma integrada los conocimientos básicos. Reflexionando sobre mí mismo creo que no me sería, por ejemplo, nada difícil explicar la anatomía elemental del sistema nervioso, la neurona y sus leyes funcionales, un poco de los neurotransmisores y también la patología general y clínica de las enfermedades más frecuentes del sistema nervioso. Pero claro está si yo fuera un investigador sobresaliente del axon neuronal querría contar a mis alumnos….
En fin; preveo una diversificación y separación entre profesores e investigadores; una fragmentación de la medicina y una superespecialización precoz.
A eso apuntan las reformas de la Unión Europea y las normas de Bolonia que a mi ya no me alcanzarán, pero que ya están alcanzando a mis sucesores inmediatos. Disminución de los créditos y los años. Más trabajo del alumno tutorizado por el profesor en grupos pequeños de discusión y conversación. Desaparición de la lección magistral que quedará solo para congresos y conferencias.
El mismo sistema didáctico en sí y de cara al trabajo de los alumnos, pienso yo, sufrirá en los próximos años cambios espectaculares mediante los “textos” de enseñanza programada administrados por ordenador. No me explico como no han prosperado más. Solo puedo achacarlo a la pereza o temor de los propios profesores. El profesor se dedicará sobre todo a la tutoría, como decía, en pequeños grupos y dentro de los cuales realizará la evaluación permanente, desapareciendo así, creo yo el odioso sistema de exámenes particulares en momentos puntuales.
Aumentarán pues enormemente sin duda, los procedimientos de enseñanza programada aplicables a toda clase de conocimientos y habilidades. Lecciones aplicadas por programas informáticos análogos a los que ya se están utilizando en pruebas psicotécnicas por ordenador. Ya he comentado, me parece, que a finales de los años 60 durante mi estancia y trabajo en la universidad de Giessen tuve ocasión de colaborar con un experto en enseñanza programada impartida por ordenador: El profesor Corel. Mediante programas sencillos y agradables-divertidos aplicados un cuarto de hora al día a niños de tres años de edad conseguía en pocas semanas que aprendieran a leer. No gustó a los pedagogos por los prejuicios esperables, pero de todas formas sigo asombrándome del escaso desarrollo que han tenido estos eficaces sistemas de aprendizaje mientras que la electrónica se ha aplicado mucho mas al juego y a la diversión de consumo, consumo, desde luego que hacen sobre todo los adolescentes.
Así que podemos decir que los extremos se tocan y que los programas didácticos se parecerán o incluso podrán ser aplicados por los mismos superespecialistas, de los programas terapéuticos. Al fin y al cabo el conocimiento y sobre todo, claro está, las llamadas habilidades profesionales son conductas y su aprendizaje es y son modificaciones de conducta. Y no cabe duda que lo importante no es saber decir, sino saber hacer. El saber decir quedará para la literatura. La misma enseñanza es también un saber hacer y el profesor por lo tanto, como decía, un terapeuta de conducta cognitivo conductal.

4. Problemas éticos y su forma de resolverlos.
Ya se que todo ello provoca, también en quien escribe estos párrafos, escalofríos de temor o indignación por parecer precisamente que tales métodos atentan contra la dignidad humana desnaturalizando su esencia y que revivirían en los peores augurios de Orwell.
Mas, en primer lugar: ¿Qué vigencia tienen los términos de Naturaleza, Persona y Esencia etc.? Heredados del pensamiento griego proclive a la conceptualización esencialista de cualesquiera rasgos funcionales de las cosas ( percibidas) de este mundo, como herencia de la misma tendencia que multiplicó el panteón de dioses arcaico, han sido y siguen siendo hoy vulneradas en general para el bien, pues eso sucede cuando evitamos una muerte “natural” con un marcapasos, o dominamos el rayo y el fuego… No cabe duda de que producimos artificialmente una desnaturalización. Siempre las innovaciones provocaron miedo recordando como ejemplo anecdótico que se dijo que las personas se desintegrarían al viajar en un coche o tren a más de cuarenta kilómetros por hora.
El poder de la técnica es imparable en nuestra cultura (y no hay alternativa si no queremos condenar a la muerte a miles de millones de personas hoy vivas o que han de vivir) La solución proviene precisamente del desarrollo cada vez mayor de la ciencia y la técnica, pero también de la técnica de la política que ha de ser capaz de construir estados muy fuertes exigentes y controladores en la aplicación de las leyes.
Así construcción de estados y legislaciones legitimas que amparen al ciudadano cumplidor e implacable con el delincuente.
Implacable también con las deficiencias, enfermedades y lacras del ser humano bajo una ética que desde la voluntad y libertad de cada persona, permita la aplicación de métodos de toda clase, según las técnicas que se vayan descubriendo pero cada vez más eficaces. No se trata de que los fines justifiquen a los medios, sino que los medios definirán su ética de acuerdo con los fines que consigan evitando “daños colaterales a terceros” La pervivencia de éticas procedentes de otras épocas históricas, como las que prohíben algo tan inocuo como el preservativo, o la utilización de células madre, o la reproducción genéticamente programada cuyo resultado sea el beneficio de un tercero sin detrimento de derechos de nadie… parecen ilógicas.
De la misma manera la aplicación de estos métodos de control y modificación “artificial” de la mente y conductas humanas, que estarán disponibles sin duda en un futuro, se aceptará como ética, legitima y legal bajo estos presupuestos.
El asunto en todo caso es fácil respecto tratamientos aceptados voluntariamente, pero precisará de mayores debates cuando se trate de métodos o tratamientos forzosos aplicados a delincuentes o a pacientes graves que rechacen los procedimientos. Será necesario un desarrollo avanzado del derecho en general bajo el marco de los derechos humanos. En mi opinión el ser humano recibe desde su nacimiento y por el mero hecho de nacer y sobrevivir, tantos bienes de la sociedad donde medra, que ello le exige obligaciones también importantes como pueda ser someterse a estos controles y tratamientos futuros de la misma manera que hoy día se le somete a prisión, o a ingreso forzoso en un centro psiquiátrico. Tal como muestran hechos actuales y pienso sobre todo en el terrorismo de todos los colores, creo que la civilización no podrá sobrevivir si cada vez es más permisiva con quienes utilizan todas estas técnicas poderosas, para producir el mal, la destrucción, la muerte o aun la evasión de impuestos. Por cierto que bien pudiera recompensarse con una rebaja de los impuestos a los ciudadanos decentes y lo inverso a los infractores.


Así que todos estos desarrollos futuros que no me atrevo a calificar con el noble y olvidado concepto de progreso, solo serán posibles si sigue la civilización caminando por el camino de la racionalidad y la ciencia natural. En aquel antiguo libro mío de “ Consciencia, Conscienciación…. “ pergeñaba dos futuros posibles para la humanidad. A uno lo denominaba yo como “hacia las estrellas” pensando concretamente en la expansión intragaláctica de la humanidad; a otro lo denominaba “hacia las hormigas” y pensaba en el pensamiento único y en los sistemas políticos totalitarios, que arrumbarían toda expansión cualitativa en pos de la pretendida e inalcanzable igualdad. Aparentemente con el autohundimiento o colapso de los sistemas del Este, había vencido el camino político de las estrellas, más nuevos peligros e irracionalidades se ciernen sobre todos; peligros que en mi opinión no podrán ser vencidos si no aplica Occidente toda la técnica posibilitada por el conocimiento al servicio de los ideales de los derechos humanos sin dejarse parasitar por ideologías foráneas ni por culpabilizaciones interesadas. Pues estos colosales medios que imaginaba podría producir la ciencia y la técnica en los ámbitos de la lucha contra el sufrimiento y la maldad humana solo podrán aplicarse y florecer en una sociedad y sistema político estructurado y fuerte desde el campo de la legitimidad de los derechos sobre todo derechos, digo yo, de los cumplidores.

Evidentemente todo lo que comienza llega también a su final y por ello también la especie humana y desde luego mucho antes cada uno de los elementos personales que la constituyen. Mas el esfuerzo de la vida mereció la pena, al menos para mí.

Agustín Jimeno Valdés.
9 de Marzo de 2007.






[1] J.Mº Villagrán. ¿Fenomenología revisitada? Archivos de Psiquiatría. Vol. 89.Número 4. Octubre-diciembre 2006.
[2] Una Metereflexión sobre el Delirio. Presentado en la Reunión anual en Octubre de 2005 de la Sociedad Castellano Leonesa de Psiquiatría, que se celebró en Toro. ( Zamora)


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