Acto
de Presentación de “La psiquiatría que yo he vivido”
Colegio
Oficial de Médicos. Valladolid, 25 de junio de 2018
Natalia
Jimeno Bulnes
Ilustrísimo Sr. Presidente del Colegio Oficial de
Médicos, Srs. Presidente y Secretario de la Real Academia de
Medicina de Valladolid, Sra. Secretaria de la Facultad de Medicina de
la Universidad de Valladolid, miembros de la mesa, compañeros,
familiares, amigos, Señoras y Señores. Después de las amables
palabras de las personas que me han precedido, permítanme dirigirme
a Vds. sobre todo en nombre de la familia.
En
primer lugar, por supuesto, para expresar mi agradecimiento a todos
Vds. por su presencia y compañía en este acto, tan especial para
nosotros. Desde luego, también dirigido para quienes han hecho
posible esta presentación y el libro que nos ocupa, el Colegio
Oficial de Médicos y muy en particular a las personas que acogieron
con entusiasmo la idea inicial, los Drs. Antonio Otero y Juan del
Río, al editor que con tanto esmero lo ha hecho posible, Julio
Rodríguez, y a los Drs. Porras y Vargas por sus prólogos tan
entrañables.
“La
psiquiatría que yo he vivido” es el título del tomo encuadernado
que recibimos de nuestro padre cada una de las tres hermanas en las
navidades de 2007. Para nuestra sorpresa, podemos decir, pues no nos
constaba su existencia. La redacción de estas memorias profesionales
se inició posiblemente en los años 90 y concluyó después de su
jubilación en 2005. “Como tales memorias, se basan en el recuerdo
y excluyen toda investigación”, nos dice el autor, indicando
también que, salvo alguna excepción, no se ha consultado
documentación alguna. “Los recuerdos se fraguan alrededor de lo
que nos impresionó emocionalmente y entró a formar parte del núcleo
de nuestro yo”, añade, destacando así el carácter personal que
acompaña a las múltiples experiencias recogidas en las presentes
memorias.
Por
tanto, el libro que se presenta hoy, que comprende aproximadamente
los años 1955-1978, constituye la primera y más extensa parte del
texto inicial: Su primer contacto con la psiquiatría durante su
infancia acompañando a su padre, también psiquiatra, en el hospital
psiquiátrico de Segovia. Su formación como médico en la Facultad
de Medicina de la Universidad de Valladolid, donde es Alumno Interno,
que finaliza en 1959 con premio extraordinario. Las etapas de
doctorado en Madrid y de médico interno en el Hospital Marqués de
Valdecilla de Santander. En 1961 se traslada a Alemania, donde
sucesivamente trabaja en el Instituto Max Planck de Psiquiatría de
Munich, las Clínicas Universitarias de Giessen y el hospital
psiquiátrico de Heiligenhafen. En 1968 retorna a España y participa
activamente en la organización de unidades de rehabilitación y en
la reforma psiquiátrica, primero en el hospital psiquiátrico de
Pamplona – donde se ocupa fundamentalmente del alcoholismo y la
lucha antialcohólica – y después en el de Conjo de Santiago de
Compostela, donde llega a ser Director Médico y tiene una serie de
vivencias que le marcarán profundamente: “Sí, Conjo fue para mí
también mi Troya”, nos dice. El libro se completa con una serie de
apéndices o documentos fruto de sus variadas actividades, como
acerca de la entonces recientemente iniciada formación MIR. Y
finaliza el libro en vísperas de su traslado definitivo a
Valladolid, donde fue Jefe de la Unidad de Hospitalización del
Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesor titular de
psiquiatría de la Universidad de Valladolid.
Así
pues, consideramos que las memorias reflejan toda una época de la
medicina y de la psiquiatría, su correspondiente evolución durante
estos años -por ejemplo, con la introducción y desarrollo de los
psicofármacos-, pero también de modelos y escuelas como la escuela
sociológica de Frankfurt o técnicas como la neurradiología de la
época. Reflejan también su formación rigurosa y profunda, así
como sus experiencias profesionales en contextos sanitarios,
sociales, políticos y geográficos muy diferentes. Y también sus
contactos y relaciones con diversas instituciones y profesionales
(personal de enfermería, psiquiatras, asistentes sociales, gestores,
asociaciones, monitores, voluntarios…).
Precisamente
porque se tratan de unas memorias personales de su autor, y no de un
libro propiamente histórico, hemos optado por conservar fielmente el
texto original, con las matizaciones o notas aclaratorias que hemos
estimado adecuadas o necesarias, también para facilitar la
comprensión de lectores no médicos. Se mantiene además la
nomenclatura original de la época, ciertamente hoy superada en
muchos casos, por ejemplo, el término “oligofrenia” en vez del
actual “discapacidad intelectual”.
Consideramos que el libro muestra también la categoría
intelectual de nuestro padre: sus variadas reflexiones y análisis
desde su perspectiva profesional y académica acerca de la
asistencia, gestión, investigación, docencia y formación de
especialistas…, su afán de conocimiento a modo del clásico
humanista, sus múltiples intereses como la evolución humana, su
gusto por la lectura y escritura, etc. Disfrutó a edades ya
avanzadas de diversas ediciones de los Seminarios en Neurociencia
Clínica de Segovia y fue miembro activo del Colegio de Psiquiatras
Eméritos de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental.
Es
autor de una amplia y diversa obra que incluye temas psiquiátricos
como alcoholismo, esquizofrenias, consciencia, psicopatología…,
así como también sobre pensamiento y antropología. A modo de
ejemplo, en alguna de nuestras últimas conversaciones comentamos la
magnífica conferencia sobre el estudio del lenguaje en el hombre
primitivo, que fue impartida en el Colegio San José de Valladolid,
del cual era Colegial de Honor.
Se
cumple ahora un año de su fallecimiento, y es para nosotras un
motivo de orgullo haber alcanzado este objetivo, que él conoció y
apoyó… diríamos quizá que tímidamente, acaso porque sabía el
esfuerzo que ello suponía. Confiamos en que estas memorias sirvan
para destacar la importancia, para un médico, de su formación
básica inicial y continuada a lo largo de la vida. Y que permitió
aplicar todo su conocimiento y saber a una visión integrada e
individual del enfermo, aspecto esencial en la práctica de la
medicina.
Para
finalizar, permítanme recordar a mi madre, Marilés Bulnes, que
acompaño y apoyó a mi padre, Agustín Jimeno Valdés, en toda su
trayectoria.
Muchas
gracias.
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